Carabobo
Habitantes de El Zanjón en Güigüe piden ser reubicados
“El río empezó a sonar a las tres de la madrugada y a las seis se desbordó y entró toda el agua”, expresó Carmen Gil una de las más afectadas
20 de octubre de 2022
Carabobo.- Para los habitantes de El Zanjón es normal que el río Noguera se desborde en temporada de lluvias. Lo que no se imaginaban es que el barro se adueñaría de sus viviendas cuando una crecida desmedida del caudal que atraviesa la localidad de Güigüe, municipio Carlos Arvelo, provocara daños a más de 80 familias.

Carmen Gil fue una de las más afectadas. Tuvo que deshabitar su casa junto a su esposo y dos hijos menores de edad cuando escuchó que el sonido veloz de la corriente en la madrugada del pasado lunes 17 de octubre. “El río empezó a sonar a las tres de la madrugada y a las seis se desbordó y entró toda el agua”.

Ismael Rangel, marido de la señora, explicó que a penas pudo salvar algunas pertenencias resguardadas sobre una repisa, entre ellas, el triciclo de uno de los niños. “Las colchonetas se nos mojaron y ahora estamos donde mi suegra”.



La madre de Gil vive a una cuadra más arriba. El agua también alcanzó su casa y se encuentra en situación de riesgo ante un nuevo desbordamiento del Noguera, por lo que ninguno de sus familiares se encuentra seguro habitándola.

Tanto Carmen como Ismael reconocieron que el gobierno local ha prestado apoyo después del incidente, especialmente para remover de el lodo de las calles que dificulta el paso peatonal y vehicular. Sin embargo, los esposos pidieron a las autoridades ser reubicados a una vivienda más segura.

“Queremos respuestas porque ya aquí no se puede vivir. Hagan lo que hagan cerca del río, siempre se viene y por eso estamos ansiando una reubicación”, comentó Gil.

En espera de la ayuda

Mauro Antonio Hernández tuvo que mandar a sus dos hijos con su mamá, en una comunidad vecina. Él y su pareja forman parte de las cuadrillas de descabezamiento de Valencia y estaban trabajando en la capital carabobeña antes de que el agua entrara a su rancho. Al regresar de sus labores, se llevó una desafortunada sorpresa. “Perdí dos colchones y el ventilador”.

A Hernández le preocupa el tiempo que dejará de compartir con sus hijos: desde la inundación, sus hijos no han podido quedarse con él a pasar la noche. “Tengo un chamo de 11 años y una niña de 12. Están acostumbrados a quedarse de vez en cuando pero ya no tienen dónde dormir”.

Cuando el equipo de Notitarde visitó la zona, Mauro no había recibido ninguna ayuda por damnificación. Él y sus vecinos se mantienen a la espera del apoyo de la Alcaldía de Carlos Arvelo y la Gobernación de Carabobo. 

(Francis Gabriela Tineo)



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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde