El pesebre representa unión en la familia Puente Torres
Es una tradición que mantiene desde los años 60
Carabobo.- El pesebre es quizás una de las tradiciones navideñas más emblemáticas. Personas alrededor del mundo lo realizan de diferentes tamaños y figuras, pero siempre es elaborado desde el corazón de los creyentes.
Tal es el caso de la familia Puente Torres, que reside en la parroquia Yagua, municipio Guacara del estado Carabobo, quienes cada año desde la década de los 60 y de la mano de Eduarda Carmen Torres de Puente y su esposo, Silverio Antonio Puente Puente, han elaborado el pesebre, que con el paso de los años fue aumentando su tamaño, hasta tener un lugar especialmente para él.
“Yo siempre hacía el arbolito, pero sentía que me faltaba algo y empecé hacer el nacimiento pequeñito en el pie del arbolito. Lo fui agrandando con el tiempo. Cada año se le agrega una cosa diferente, hasta que llegó a este tamaño”, expresó Torres de Puente al equipo de Notitarde.
Cada parte del extenso nacimiento localizado en una pieza, ubicado entre los frondosos árboles de la casa, se encuentra ambientado en los misterios gozosos del rosario, de acuerdo a lo señalado por la señora Carmen, quien además, agregó que le gusta realizarlo así porque es una forma de evangelizar a aquellas personas que quizás no tienen conocimiento del tema.
“Muchas personas hacen el nacimiento y le ponen la Virgen María, el Niño y lo demás es puro adorno, pero dejan afuera lo más importante, que son los pasos que ella dio para poder tener a su hijo”, mencionó en el patio de su hogar en compañía de su esposo, hijos, nietos y bisnietos.
Aclaró que no es algo que ella haga sola, sino que su familia forma parte importante de esta tradición, así como también amigos que aportan algún nuevo elemento al nacimiento. Es importante resaltar que tienen como costumbre cada año incorporar figuras nuevas. Este 2022 sumaron una cascada, el río Nilo de Egipto, y fue cambiada de lugar cada representación.
Tres meses aproximadamente la familia tarda en montar todo el pesebre, porque el mismo cuenta con gran variedad de detalles acomodados de la siguiente forma: La Anunciación, luego el camino que María recorre cuando visita a su prima Isabel y llega a su casa. También se ve plasmado cuando la Madre de Jesucristo pide posada y se le es negada, y continúa su recorrido hasta llegar al establo donde el bebé nace.
El pesebre sigue haciendo que el espectador viaje con las figuras con tan solo mirarlas. Relata el momento en el que Dios le da un aviso a San José que el rey Herodes el Grande ordenó matar al niño por lo cual se deben ir. Junto al acompañamiento del sonido del río y una arena color marrón claro se logra apreciar el momento en el que San Cristóbal coloca en sus hombros al niño Jesús para atravesar el río Nilo.
La presentación del niño junto a Simeón y Ana, también se encuentra en el pesebre, el cual finalmente concluye con la representación del Niño Jesús perdido y hallado en el templo, que es el 5to misterio gozoso.
Torres de Puente anhela que cuando ella no se encuentre en este plano su familia continúe con la tradición porque para ella representa una promesa que siempre desea que se siga cumpliendo.
UN LEGADO FAMILIAR
“Representa todo, es una maravilla, es lo más grande que tenemos. El compartir, el hacerlo todos juntos, es algo que nació de nuestros padres y que permanecerá en nosotros para siempre”, dijo Lucía Puente de Padilla.
Por su parte, Iris Puente de Silva, mencionó que para ella esta tradición es una herencia que les dejaron sus padres así como el santo rosario.
“Para mí representa la unión familiar. Para mi es Jesucristo en persona, niños que vienen a unir a la familia, a traer paz, alegría y amor”, manifestó Silverio Puente Torres, uno de los cinco hijos de los creadores de esta tradición.
Para Omaira Puente representa la armonía, unión familiar y ese espíritu de esperanza que debe tener cada uno en su corazón.
“Todos estamos convocados al llamado de Dios y esa espera del niño Jesús es una esperanza de que todos vamos a estar en las manos de Dios, de ese niño que está con los brazos abiertos diciendo 'aquí estoy yo para recibirlos siempre, para tenerlos siempre presentes, para ayudarlos, para guiarlos, para orientarlos'”, concluyó.
(Mónica G. Parra O.)