En el caso de los niños, las emociones muy intensas, el estrés y la ansiedad también pueden formar parte de su día, pudiendo afectar tanto en el presente como en el futuro.
Al respecto, la psicopedagoga Ana Figueroa afirmó que es primordial que los padres informen a sus hijos que existen emociones que pueden generar alegría, tristeza, desagrado, entre otros, y que estas se pueden denominar contadoras o descontadoras, positivas o negativas.
La experta aseguró que una manera de ayudarlos a canalizar estas emociones es por medio de un ejercicio de fichas de rostros o de manera vivencial.
“Por ejemplo, el padre puede realizar una expresión facial y luego el adulto le hará preguntas abiertas para que el niño comience a razonar y dar la respuesta correcta a lo que debería hacer si siente una emoción”, explicó en una entrevista para Notitarde.
Agregó que cuando el menor utiliza su lógica y razonamiento, se permite estimular áreas en donde el podrá, en el futuro, tener un buen desenvolvimiento en diferentes situaciones de su vida.
Destacó que siempre es importante hablarles a los hijos de manera clara y concreta mientras se les está enseñando valores y normas sociales, porque de esta manera se comenzará a trabajar la tolerancia a la frustración.
“Si el niño entra dentro del espectro, es de suma importancia anticiparle las situaciones que se pueden presentar o generar dentro del núcleo familiar”, explicó Figueroa.
Por último, también tomó como importante que cada padre muestre tener un código de valores bien fundamentado.