William Rafael Correa: “El secreto de la felicidad es hacer lo que te gusta”
Dirige el proyecto “Cantaclaro”, en el sector Aguirre, en Montalbán
Carabobo.- Docente, cantante, pintor, escultor, director de música… Todas estas cualidades están en un solo nombre: William Rafael Correa, quien dirige el proyecto “Cantaclaro”, en el sector Aguirre, en Montalbán, que se dedica a la enseñanza de cuatro, guitarra, mandolina, arpa y canto a jóvenes entre 7 a 15 años de edad.
Músico desde niño
Este multifacético artista estudia música desde los 12 años, cuando se inscribió en la escuela Pedro Elías Gutiérrez (Guacara). “A partir de allí, nunca me he alejado del escenario artístico”, dice. Luego se fue a una escuela técnica en Valencia donde realizaban festivales musicales. La primera vez que participó obtuvo el tercer lugar, y en otro festival ganó el primer premio. En una emisora radial valenciana también compitió en música llanera. En una ocasión ganó el primer lugar de la Voz Liceísta.
Su preparación
Correa lleva más de una década laborando en el área cultural. Estudió cuatro semestres de Educación en la Universidad de Carabobo, pero los abandonó por problemas de salud. Retomó las clases en la Universidad Bolivariana de Venezuela, donde obtuvo la anhelada licenciatura. “Pero nunca me alejé del ámbito cultural”, dice. Y es que a la par de sus estudios universitarios, tomó clases en la escuela de música y folclor Benito Galarraga, en Valencia.
Además pintor y escultor
Una vez adquiridos los vastos conocimientos que ahora tiene, le permitieron pertenecer a diversas agrupaciones musicales, como La Clave Latina, y Fogón y Tambor, Son Criollo, entre otros, y ha formado grupos de música. Pero no solo es reconocido en la parte musical, sino que también es escultor y pintor egresado de la Escuela de Artes Arturo Michelena, y realizó dos exposiciones: una en la misma institución donde estudió arte, y otra en la Casa de la Cultura, en San Diego.
Nace “Cantaclaro”
En una oportunidad, Correa se presentó con el grupo “Son Criollo” en la estancia Campoclaro, en Aguirre, donde le propusieron crear un grupo que se dedicara a la enseñanza de las manifestaciones culturales, en especial la música. Allí nació “Cantaclaro”, que actualmente dirige. Señala que escogió este nombre para conjugar el sitio donde nació la idea, “y como homenaje a la primera novela que escribió Rómulo Gallegos”. Piensa formar una orquesta típica de cuerdas.
Broche de oro
El maestro ha fundado (y pertenecido) a innumerables agrupaciones musicales, como La Clave Latina, Son Criollo; y Fogón y Tambor. Toca todos los instrumentos musicales, “menos el violín”, dice entre risas. Uno de sus logros más significativos es haber pertenecido a la parranda “La Verde Clarita”, agrupación con la que grabó cuatro discos. Con este mismo grupo grabó cinco temas en compañía de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, en el disco titulado “La Parranda Sinfónica”. A manera de consejo dice: “Todo joven tiene un talento; hay que descubrirlo, aprenderlo y explotarlo de manera positiva. El secreto de la felicidad es hacer lo que te guste, lo que te apasiona. Todo tiene un sacrificio, pero así logramos nuestra excelencia personal”.
