En promedio, mide alrededor de medio metro de longitud, con unos 30 centímetros de cola, una altura de aproximadamente 25 centímetros hasta la cruz, y pesa entre 3 y 7 kilos. Aunque existen razas que sobrepasan estas dimensiones, como el Bosque de Noruega o el Maine Coon. Contrariamente, dos especies de felinos salvajes son notoriamente diminutas: el gato herrumbroso (Prionailurus rubiginosus) y el gato patinegro (Felis nigripes).
En cuanto al gato herrumbroso, habita en pastizales y bosques abiertos de India y densas selvas tropicales de Sri Lanka. Su tamaño promedio ronda los 40 centímetros de longitud, con una cola de solo 20 centímetros adicionales, y pesa entre 900 gramos y 1,5 kilos.
Por otro lado, el gato patinegro reside en Sudáfrica, Namibia y Botswana, específicamente en desiertos de Karoo y Kalahari. Aunque similar en tamaño al gato herrumbroso, el gato patinegro es más robusto, con machos que miden alrededor de 40 centímetros y pesan entre 1,3 y 2,5 kilos. Además, su pelaje es de color ocre con manchas oscuras y almohadillas de las patas negras, lo que le otorga su nombre.
Ambas especies enfrentan desafíos de conservación debido a la pérdida de hábitat y actividades humanas. El gato herrumbroso se ve amenazado por la expansión agrícola y la deforestación, mientras que el gato patinegro enfrenta peligros similares debido al desarrollo humano y la disminución de sus presas. Es fundamental implementar estrategias de conservación que protejan sus hábitats y aseguren su supervivencia a largo plazo.