Asimismo, se espera que estos efectos ya son visibles en todo el mundo sobre los rendimientos, la composición de las uvas y la calidad de los vinos, con consecuencias ya observadas y por observar en la geografía de la producción vinícola.
Por otro lado, el aumento de las temperaturas podría mejorar la idoneidad de otras regiones para la producción de vinos de calidad, por ejemplo, el norte de Francia, los estados de Washington y Oregón en Estados Unidos, la provincia de Columbia Británica en Canadá y Tasmania en Australia. Incluso se podrían crear nuevas regiones vinícolas en lugares como Bélgica, Países Bajos y Dinamarca.