El descubrimiento de una nueva FRB en el borde de una galaxia elíptica muerta, situada a dos mil millones de años luz y con un peso de más de 100 mil millones de masas solares, a llevado a los astrónomos a reconsiderar la hipótesis de como estas se originaban únicamente en regiones donde se están formando nuevas estrellas.
Dos artículos publicados en The Astrophysical Journal Letters detallaron que, en febrero de 2024, se detectó por primera vez a la FRB 20240209A, mediante el radiotelescopio CHIME, ubicado en la provincia canadiense de Columbia Británica; sin embargo, el 31 de julio de ese mismo año, este evento produjo 21 pulsos.
Aunque la mayoría de las FRB se originan dentro de sus galaxias, los investigadores señalaron que la FRB 20240209A se situaba a 130 mil años luz del centro de su galaxia, donde existen pocas estrellas jóvenes.
Según reseñó RT, Vishwangi Shah, estudiante de doctorado en la Universidad McGill (Canadá), sostuvo que este hallazgo "desafía las teorías existentes que vinculan el origen de las FRB con fenómenos en galaxia de formación estelar".