Jesús humildad y paciencia, un tiempo de reflexión y oración
es el tercer día de la Semana Santa y se acostumbra a realizar la procesión del Cristo de la humildad y la paciencia
Cultura.- La celebración de la Semana Santa o Semana Mayor, es el tiempo tomado por la iglesia católica para entrar en reflexión y vivir la fe desde el silencio y la oración, acompañando simbólicamente a Jesús en su pasión, muerte y resurrección.
Se inicia con el Domingo de Ramos, cuando se recuerda el recibimiento del hijo de Dios y su entrada triunfal en Jerusalén y se termina el Domingo de Resurrección del Señor, cuando se rememora todo lo que fueron los últimos días de Jesús en el mundo y cómo amó tanto a la humanidad que no huyó de su destino, manteniéndose siempre humilde y paciente ante la decisión del padre.
El Martes Santo es el tercer día de la Semana Santa y se acostumbra a realizar la procesión del Jesús de la humildad y la paciencia, una imagen que representa la disposición que tuvo al afrontar el juicio que se le seguía y soportar vejaciones.
En cada momento que padeció dolor, Jesús solo oraba manteniéndose humilde y paciente pero no en sumisión. Esto habla de sacrificio, de un amor infinito que no mira condiciones, sino que da sin esperar nada.
Por eso, humildad y paciencia son los conceptos centrales de este Martes Santo. Cristo enseñó, en dimensión sublime, que la clave de la felicidad está en el amor, en la lucha por la paz y la justicia. Este día también se lee la lectura del evangelio de San Juan entre los versículos 21 al 33 y 36 al 38, con algunos pasajes de la Última Cena, donde se relata el momento de la traición de Judas y donde le hace ver a Pedro que lo negará tres veces antes de que el gallo cante.
Jesús antes de ser apresado se sintió lleno de emociones y en su dolor pidió a su padre que lo apartara de lo que venía, pero siendo siempre humilde y paciente aceptó su cruz y la llevó sobre su espalda.
ESTE MARTES SANTO DIOS NOS INVITA A REFLEXIONAR
Este Martes Santo Dios nos in- vita a reflexionar sobre nuestros pecados, a mirar nuestra vida y pedir perdón ante el que murió por amor. Nos llama a ser pacientes ante las decisiones del padre, a que como él y como María, su madre, esperó siempre en humildad, aferrados a Dios y a su voluntad.
El padre Miguel Romero, en su homilía de Domingo de Ramos en la iglesia San Francisco de Valencia, pidió a la colectividad que con amor tomen su palma, vean en ella el significado de Dios y elijan siempre su lado.
Que durante esta semana de acompañamiento a Jesús, tomen un tiempo para la oración, para el amor y para la iglesia. Este es un momento para sanar el corazón y renovar la fe, y como Jesús, mantenerse siempre humilde y paciente.