Entre los eventos más destacados se encuentran las presentaciones de danza tradicional, como el chejeru y el pilón, que han cautivado al público con sus ritmos y movimientos. Además la poesía indígena, las canciones de cuna y las manifestaciones espirituales han enriquecido el programa cultural.
La gastronomía indígena también ha tenido un papel fundamental en las celebraciones. El concurso de ajicero, un plato típico de la región elaborado a base de pescado, ají y otros ingredientes locales, ha sido una de las actividades más populares. Los participantes deleitaron al jurado con sus creaciones culinarias, demostrando la versatilidad y el sabor único de la cocina indígena.
En el concurso participaron 17 concursantes de varios pueblos indígenas, resultando ganador Fredipires Duarte, del pueblo Bare con un ajicero de sierra, el segundo lugar lo ocupó con un ajicero de caribe, Miriam Dacosta, también del pueblo Bare y el ganador fue un ajicero de lebranche elaborado por la joven Osbely Noguera junto con su madre Elisa Padrón, del pueblo Uwottuja.
Estas celebraciones no solo han fortalecido la identidad cultural de los habitantes de Puerto Ayacucho, sino que también han posicionado a la ciudad como un destino turístico de gran atractivo. El turismo cultural, basado en la valorización de las tradiciones y costumbres indígenas, se presenta como una oportunidad para el desarrollo económico sostenible de la región.