Hija de Mathilde Nagler Péretz y Noich Lerner, inmigrantes de origen rumano que llegaron a Venezuela a comienzos de los años treinta, Elisa Lerner nació en Valencia, Carabobo, el 6 de junio de 1932. Durante su infancia la familia se trasladó a Caracas.
En 1950 había comenzado a publicar sus textos en la revista Mi Film, en la que firmaba con el seudónimo Elischka. Seis años después se integra al grupo Sardio junto a Adriano González León, Salvador Garmendia y Guillermo Sucre, entre otros autores. En 1959 se gradúa de abogada en la Universidad Central de Venezuela.
Comienza a publicar en la revista Imagen las crónicas que luego serán recogidas en diversos libros. Fue también asidua colaboradora de la revista Zona Franca y del diario El Nacional. En 1960, a la muerte de su padre, viaja a Nueva York, donde se formará en prevención juvenil y organización de tribunales de menores.
Permanece en la ciudad estadounidense hasta 1962 y luego escribirá la pieza En el vasto silencio de Manhattan, por la que recibirá en 1964 el Premio Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas. También obtendría el Premio Municipal de Teatro del Distrito Federal y el Premio Juana Sujo, ambos en 1975.
A mediados de los años ochenta fue agregada cultural en la Embajada de Venezuela en Madrid. Al regresar a su país trabajó en la coordinación de la revista Venezuela, del Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta su jubilación. En 1992, en colaboración con el Channel Four de Londres, se estrena el filme Crónicas ginecológicas, de Mónica Henríquez, basado en su obra homónima.
Fue autora de obras teatrales como En el vasto silencio de Manhattan (1961) o Vida con mamá (1976), publicó asimismo los libros de ensayo Una sonrisa detrás de la metáfora (1969) y Yo amo a Columbo o la pasión dispersa (1979), los libros de narrativa En el entretanto (2000) y Homenaje a la estrella (2002) y las novelas De muerte lenta (2006) y La señorita que amaba por teléfono (2016).
Publicó igualmente las recopilaciones de crónicas Carriel número cinco (1983) —que recoge sus artículos para la revista El Sádico Ilustrado—, Crónicas ginecológicas (1984) y Carriel para la fiesta (1997). Además, en 2016 la editorial Madera Fina reunió sus crónicas en el volumen Así que pasen cien años.
En 2016 se le confirió el Premio de Literatura Filcar, durante la Feria Internacional del Libro del Caribe, en la isla de Margarita, y fue homenajeada en el 8º Festival de la Lectura de Chacao. En 2022, la Fundación para la Cultura Urbana publicó su libro Sin orden ni concierto: homenaje pospuesto a Virginia Woolf, una colección de textos entre la sentencia epigramática, el ensayo breve, el minicuento y el aforismo.