para la llegada de Semana Santa, y con ella, el Domingo de Resurrección.
Cada año, miles de católicos se dejan ver por las calles con la señal de la cruz marcada en su frente con ceniza, un recordatorio de que la vida terrenal es temporal: “Polvo eres y en polvo te convertirás”.
Al igual que la mayoría de tradiciones de la Iglesia católica, su origen está ligado al Judaísmo, cuyos creyentes tenían por costumbre cubrirse con cenizas cuando habían pecado o si se preparaban para una fiesta importante.
Fue años después, en el 384 a.c. cuando “la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos” y, aún más tarde, ya en el siglo XI, la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo.
La fecha del Miércoles de Ceniza coincide además con el día que se celebra el final de la época de carnavales y varía cada año porque depende de cuándo será la Semana Santa.
La página de la Agencia Católica de Informaciones, releva que las cenizas se obtienen típicamente de las palmas o ramos del Domingo de Ramos del año anterior.
“Para conseguir la buena ceniza no puedes solo quemarlas. Tienes que dejarlos arder sin oxígeno y ahí es donde se pone (de color) verdaderamente negro carbón”, explicó Joseph Faulkner, sacerdote de la Diócesis de Lincoln, en Nebraska (Estados Unidos), a la Agencia Católica de Informaciones.
El Miércoles de Ceniza se celebra con una misa y es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como en el Viernes Santo. Esto aplica para todos los católicos mayores de 18 años y menores de 60, y es opcional para los que estén fuera de esas edades. (Agencias)