Primero fue Luifer Hernández que sacó un disparo mordido que en cámara lenta pasó demasiado cerca del poste izquierdo de Baroja, y luego el VAR vino en rescate de Rubert Quijada. La repetición aclaró al árbitro mundialista Juan Soto que el africano Okitokandjo se dejó caer en el área y Caracas se salvó del penal.
La triangulación que los rojos asomaron en los primeros minutos con Echenique, Sulbarán y Alexander González duró un suspiro. Después Oguns volvió a su ineficaz lucha individual contra todos y el ataque se redujo a repetitivos centros en procura de que Guarirapa resolviera con un cabezazo.
Al regreso de los camerinos, Academia entró embravecido. Solo que Baroja salió un tiempo para amurallar el disparo de Luifer y, acto seguido, el travesaño repelió el bombazo de Raudy Guerrero.
Respondió el Caracas con la jerarquía de Alexander González que desbordó una y otra vez hasta encontrar el premio. Bryant Ortega desperdició a puerta vacía una primera ocasión, pero Richard Celis no perdonó la suya apenas ingresó al campo. Alexander González había generado un enredo en el área con un precioso taconazo y tras un primer disparo de Oguns tapado por Romero, Ortega se conectó con Celis para que este se reconciliara con las redes.
El domingo en el clásico en Pueblo Nuevo, Caracas necesita sacar un empate o al menos no perder por paliza con Táchira, pues la diferencia de goles lo favorece (+1) por el -3 de Portuguesa. La final pinta para ser otro duelo entre los rivales más acérrimos del fútbol nacional.