El venezolano Yohel Pozo; una gran historia personal tras su “segundo debut” en Grandes Ligas (+Video)
“No teníamos hogar en el 2020 cuando mi hijo estaba en el hospital, así que eso me dio el (impulso) para nunca desanimarme en el béisbol, acotó el venezolano
Deportes.- Yohel Pozo, oriundo de Maracaibo, estado Zulia (Venezuela) con 27 años de edad está viviendo su "segundo debut" en Grandes Ligas luego de haber atravesado un duro proceso personal junto a su esposa Paola y sus dos hijos hace aproximadamente cinco años, cuando la situación los llevó a quedarse sin hogar y vivir en el coche familiar.
En 2020, su hijo Paul, sufrió un derrame cerebral con sólo unos meses de edad. Justo cuando la pandemia de Covid-19 paralizó los deportes y canceló la temporada de las ligas menores. El venezolano así como cientos de jugadores, se quedó sin trabajo y sin seguro en un momento crucial ya que su pequeño debía asistir constantemente a citas con el pediatra y neurólogo. Al ser tan recurrente se agotaron las finanzas de la familia, sino que a menudo los dejó pasando hambre y viviendo en un Hyundai Sonata.
Es por ello, que en su "segundo debut" después de no jugar desde el 16 de septiembre de 2021 (tres años, seis meses y 22 días), este lunes 7 de abril volvió al mejor béisbol del mundo con una jersey de Cardenales de San Luis, inspirado a ganarse su lugar en el equipo grande.
Nadie mejor que Pozo sabía hacía donde señalar cuando conectó su primer cuadrangular. Un batazo de 380 pies que Statcast proyectó sería cuadrangular en los 30 estadios de MLB.
El criollo, consciente de que su motivación para mantenerse con el equipo grande es su familia, levantó sus dedos índice y meñique hacia el aire en dirección a su familia sentada unas filas detrás del dugout de los Cardenales, reafirmando las palabras que ofreció antes del encuentro.
“No teníamos hogar en el 2020 cuando mi hijo estaba en el hospital, así que eso me dio el (impulso) para nunca desanimarme en el béisbol (...) todo el tiempo que he estado en las Ligas Menores, simplemente he estado trabajando para poner buenos números para poder tener un trabajo y seguro para cuidar a mi hijo y a mi familia”.
Aunque están radicados en la ciudad de Harrisburg, Pennsylvania, al menos 15 miembros de la familia viajó para su "debut". Su esposa e hijos están para el venezolano en cada juego que disputa en casa o fuera de ella y no solo para apoyarlo como jugador, sino que el instinto paternal del criollo hace que siempre quiera esta cerca de Paul por si enfrenta desafíos de salud como un niño de 5 años con necesidades especiales.
“La razón por la que llevo a mi familia conmigo en cada gira es por [Paul]”, dijo Pozo. “Prefiero que, si él tiene un episodio, yo pueda correr a la sala de emergencias y estar con él".
“Tan pronto como conecté el jonrón, supe dónde estaban sentados y les hice una seña. Fue un gran momento”, acotó el venezolano.
Pozo expresó su alegría por volver a pesar de que perdieron 8-4 ante los Piratas, el pelotero conectó un cuadrangular y puso out a un corredor intentando robar segunda.
“Estoy contento de dar el jonrón, pero preferiría ganar el juego”.
Yohel Pozo fue llamado para reemplazar al receptor panameño Iván Herrera, a quien se le diagnosticó una conmoción ósea en la rodilla izquierda que se espera lo margine por cuatro semanas.
En su salida, el receptor venezolano se llevó un buen crédito por esa recuperación durante el partido, dijo el lanzador Matthew Liberatore.
“Él sabe batear”, comentó Liberatore sobre Pozo. "Estuvo súper abierto a lo que yo quisiera hacer, y tenía una gran energía (detrás del plato)".
Liberatore comentó que Pozo, después de la segunda entrada le dijo: "Oye, vamos a bajarles el ritmo un poco’, y empezamos a lanzar hacia atrás [pitcheo invertido]. Nos apegamos a ese plan y funcionó”.
“No teníamos hogar en el 2020 cuando mi hijo estaba en el hospital, así que eso me dio el [impulso] para nunca desanimarme en el béisbol”, comentó antes del encuentro del lunes. “Así que todo el tiempo que he estado en las Ligas Menores, simplemente he estado trabajando para poner buenos números para poder tener un trabajo y seguro para cuidar a mi hijo y a mi familia”.
Al pasar su bate por la zona y conectar un splitter para un jonrón de 380 pies — un batazo que Statcast proyectó sería cuadrangular en los 30 estadios de MLB — Pozo levantó sus dedos índice y meñique hacia el aire en dirección a su familia sentada unas filas detrás del dugout de los Cardenales. La familia está allí en cada juego — en casa y fuera — y no sólo para apoyarlo como jugador. Una gran parte de su razonamiento es que quiere estar cerca si Paul enfrenta desafíos de salud como niño de 5 años con necesidades especiales.
Alineado como cátcher y séptimo bate por el manager Oliver Mármol, el oriundo de Maracaibo se fue de 4-1 con una carrera empujada y otra anotada, producto de un jonrón solitario.