reconocer los procesos de producción ancestral mediante los certificados de IGP agrega valor y visibilidad a los productos en mercados potenciales para la exportación, alineándose con el Plan de la Patria 2025-2030.
En sus 26 años de otorgamiento de signos distintivos, el SAPI ha fortalecido estos reconocimientos con el fin de promover la elaboración de productos que reflejan las características del lugar de origen y las técnicas ancestrales utilizadas en las comunidades locales. Estas prácticas son transmitidas de generación en generación, destacando la diferencia y la riqueza cultural de Venezuela ante el mundo.
Estos esfuerzos permiten que el cacao venezolano, reconocido por su calidad excepcional, continúe siendo un referente global, que contribuye al desarrollo económico y cultural del país. La protección y promoción de las Indicaciones Geográficas Protegidas no solo benefician a los productores locales, sino que también preservan el patrimonio cultural y ancestral de las regiones productoras. La estrategia del SAPI y del Ministerio del Poder Popular de Comercio Nacional impulsa el crecimiento del sector cacaotero venezolano.