Britney, quien en la actualidad tiene 41 años, menciona que una vez que su papá, Jamie Spears, tomó el control de sus asuntos personales, médicos y financieros en 2008, ya no volvió a tener voz en su vida.
“Me hicieron comprender que esos días ya habían terminado”, señala en su libro “Tuve que dejarme crecer el pelo y volver a estar en forma. Tenía que acostarme temprano y tomar cualquier medicamento que me dijeran”, escribió la artista.
En una noche del año 2007, durante el periodo en el que entraba y salía de rehabilitación, la ganadora del Grammy entró a la estética de Esther Tognozzi en Tarzana, California, y pidió que le quitaran las extensiones que la estaban lastimando.
La dueña del salón se negó a tocarle el cabello, por lo que Britney agarró una maquina y se rapó mientras los paparazzi tomaban fotos a través de las ventanas. Unos días después, la cantante de 'Toxic' fue fotografiada atacando con un paraguas el carro de un paparazzi que la estaba fotografiando.