Papeles Luciano’s apuesta por Venezuela
Durante el lanzamiento del plan de emprendedores de Papeles Luciano’s, el presidente de la marca aseguró que la idea es que exista un vínculo real entre el ciudadano y su empresa
Espectáculos.- Hay algunas personas que tienen la disposición de crecer en Venezuela, pero no tienen las herramientas para hacerlo, y lo importante es que puedan contar con empresarios que los ayuden a salir adelante; de eso es creyente el joven brasileño Luciano Santo, presidente de la empresa venezolana Papeles Luciano’s, C.A.
Durante el lanzamiento del plan de emprendedores de Papeles Luciano’s, Santo aseguró que la idea es que exista un vínculo real entre el ciudadano y su empresa. “Nosotros lo que vamos a darles es una gran oportunidad de que puedan comprar y comercializar directo con la fábrica; por eso nosotros vamos a crear una plataforma de asesoría, de ventas, de distribución masiva para que podamos llegar a cada uno de esos emprendedores con la mejor disposición”.
Detalló que el plan consta de cuatro escalones: bronce, plata, oro y diamante; así los emprendedores podrán ir subiendo de nivel y por consiguiente, mientras más alto sea el nivel, mayores ingresos tendrán.
Aunque al inicio, únicamente, este proyecto será con papel higiénico, porque es la industria que maneja y además porque considera que es un producto que constantemente se consume, no descarta en un futuro incluir algún otro artículo, afirmó Santo durante el evento llevado a cabo en el restaurante La Felicitta, ubicado en la ciudad de Maracay (Aragua).
“Por qué no hacemos algo diferente, por qué no traemos a esas personas con nosotros, por qué no le damos una estructura, por qué no le damos visión y credibilidad, por qué no reconocerlos como emprendedores y darles un estatus de que sí se puede”, fue lo que pensó el empresario una noche, al darse cuenta, tras un concurso, que personas que hacen vida en estados lejanos a Aragua, donde es difícil que empresas lleguen de manera masiva, querían ganar dinero. El brasileño que llegó a Venezuela en 2006, admitió que acá fue muy bien recibido. Se volvió amante de la comida criolla y aprendió a bailar los ritmos de la costa venezolana.