Casados con hijos
Oriana Sabatini nació en 1996. Ellos se casaron en 1998 y tuvieron a su segunda hija, Tiziana, un año después de la boda. Siempre se mostraron felices y muy unidos. Juntos también preparan ahora la boda de Oriana con Paulo Dybala. “Es muy hermoso repasar todos estos años juntos. A veces pienso que todo pasa demasiado rápido y no lo puedo creer. Siempre tratamos de encontrarnos en este proyecto de vida que soñamos juntos y que hicimos. Siempre nuestro amor ha sido más fuerte y hasta hoy seguimos haciendo crecer esta pasión por nosotros y todo lo vivido. Te amo”, escribió Fulop en sus redes sociales hace unos años, para festejar un aniversario más de la pareja.
Alguna vez contaron que, como todos los matrimonios, pasaron algunas crisis, pero que se reconciliaron rápidamente. “No nos gusta pelear, preferimos hablar. Nuestros enojos duran cinco minutos. Cuando uno quiere construir un matrimonio hay que saber ceder y dejar el ego de lado. Lo que sí necesitás es ciertos ingredientes para que la pareja vaya evolucionando. Y la base siempre es el amor y gustarse uno al otro”, admitió ella en una entrevista radial en La Once Diez.
Y sumó: “Ova respeta mucho mis momentos, está atento y se da cuenta si estoy cansada o si quizás no dormí mucho porque tuve algún compromiso. Con los años, los dos aprendimos a respetar nuestros tiempos. Yo quizá soy un poco más impulsiva y Ova no, y jamás grita. Hoy no solo nos vemos, sino que nos miramos y sabemos cómo se siente el otro”.
Cuando la situación fue un poco más complicada, ambos apostaron a seguir construyendo juntos y pidieron ayuda. “La única crisis fuerte que tuvimos fue cuanto Tiziana tenía un poco más de 1 año. Teníamos dos niñas muy chiquitas, yo las hormonas alborotadas pensando en mi carrera, queriendo volver a trabajar y llevándome a mi hija conmigo a las grabaciones para darle de mamar. Me sentía sobrepasada, y lejos de él. Era como que no nos poníamos de acuerdo, estábamos desencontrados. Hicimos terapia y buscamos una tercera opinión que nos tirara un centro. Yo era la que creía que la cosa no daba para más, que todo era demasiado para mí, que no podía. En cambio, él tenía más fe en la pareja, en que íbamos a volver a estar bien. Cuando pudimos encontrarnos otra vez, volvimos a reírnos, a amarnos como el primer día”, contó Fulop hace unos años a la revista ¡Hola!
“Desearía tenerlo siempre a mi lado porque nadie más va a mirarme como él me mira. Tiene a la Cathy en el estado más puro. Él me conoció en mi esencia, estuvo conmigo en todos los momentos: cuando fui madre por primera vez, en mis fracasos, en mis triunfos... Son muchos años juntos”.
Alguna vez también revelaron que tienen un secreto para que el fuego de la pasión siga encendido después de tantos años juntos. “Ova siempre está a la conquista, listo como los boy scouts. Y yo me dejo seducir. Pero en nuestra pareja, además del amor y la atracción, está el respeto y la empatía con lo que le pasa al otro. Para mantener la pasión hay que gustarse mucho y a la vez, tiene que haber admiración. Si uno se atrae físicamente, pero no te gustan ciertas actitudes del otro frente a la vida, a la larga no va. Hay que pasar bien el tiempo juntos, reír. Es una sumatoria de cosas”, reflexiona Fulop cada vez que le preguntan.
También Sabatini tiene su respuesta: “Lo fundamental es gustarse, atraerse, y que cuando intentamos seducirnos el otro responda. Nosotros nos hacemos tiempo para estar juntos, para salir a cenar o a pasear. Evidentemente, hay una cuestión de piel. La química y la atracción no se pueden explicar con palabras. Cathy y yo nos seguimos gustando mucho y la pasamos bien juntos. Hay muchos matrimonios que conviven treinta años, envejecen uno al lado del otro, pero la pasan mal. Nosotros no, nos divertimos mucho”.
Ella dice que la enamoró lo caballero, educado y protector que era él mientras que él admira su belleza y alegría. “Nos divertimos como el primer día y todavía nos gustamos mucho”, coinciden.