Espectáculos
Demi Moore volvió con el sello de un nuevo capítulo de amor propio y reinvención en el cine
La actriz celebra su primer Globo de Oro mientras comparte su inspiradora travesía hacia la aceptación personal
15 de enero de 2025
Espectáculos.- La actriz estadounidense, Demi Moore, a sus 62 años, consagró un hecho histórico en su carrera, el reconocimiento de su primer Globo de Oro, otorgado el pasado domingo 5 de enero por su papel en la película "La Sustancia". En este film, la actriz da vida a una renombrada instructora de aeróbic que enfrenta los retos de la edad y la necesidad de reinventarse.

Más allá del galardón, fue su conmovedor discurso sobre el amor propio lo que realmente resonó en la audiencia: “Hoy celebro esto como un indicador de mi integridad y del amor que me impulsa”, declaró con firmeza, reflejando su profundo compromiso con la autoaceptación.

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La historia de Demi está marcada por años de lucha frente a los estándares de belleza impuestos por la industria de Hollywood, así como por la presión autoimpuesta para encajar en ellos. Su evolución, que va de la obsesión por el ejercicio a la aceptación de su cuerpo, representa una búsqueda constante de equilibrio emocional.

La presión del perfeccionismo: Un viaje difícil



En la década de los años 1990, Demi Moore ya se había establecido como una de las actrices más destacadas de Hollywood con películas emblemáticas como "Ghost" y "Propuesta Indecente". Sin embargo, su éxito ocultaba una relación compleja con su imagen personal. Tras el nacimiento de su segunda hija, Scout, en 1991, Demi sintió una fuerte presión por recuperar su figura. Durante la filmación de "Propuesta Indecente", combinaba largas jornadas de trabajo con intensas sesiones de ejercicio, llegando a recorrer hasta 60 millas en bicicleta.

Aunque cumplió con los exigentes requisitos físicos de sus papeles, el costo fue elevado: “Incluso la idea de lo que le hice a mi cuerpo es una locura”, recordó en retrospectiva.



Su obsesión por el ejercicio comenzó con "Algunos Hombres Buenos" (1992), donde su personaje requería un riguroso entrenamiento físico: “Mi trabajo era ponerme ese uniforme militar implacable,” confesó en sus memorias "Inside Out" (2019). Este papel marcó el inicio de un ciclo de entrenamientos compulsivos y dietas extremas que, aunque le permitieron alcanzar sus metas profesionales, la alejaron de su bienestar emocional.

El rodaje de "GI Jane" (1997) representó un punto de inflexión. Para interpretar a una oficial militar, Demi trabajó arduamente para aumentar su masa muscular, pero al concluir la película, decidió abandonar su régimen agotador".


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VÍA Gabriel Gómez
FUENTE Editoría de Notitarde