La advertencia llegó en el marco de la cuarta jornada de protestas desde inicios de año. El ministerio del Interior anunció 963 mil manifestantes y el sindicato CGT, "más de 2,5 millones".
En su comunicado, dijeron que van a "amplificar" sus protestas con una quinta jornada de huelgas y manifestaciones el próximo jueves 16 de febrero, pero eso solo será una primera etapa para poner más presión y obligar a que la reforma se retire.
Aunque el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primer sindicato del país), Laurent Berger, se cuidó en puntualizar que no se trataría de una huelga general, añadió que podrían recurrir a prácticas de "nuestros amigos españoles", como crear espacios de debate dentro de las empresas y bloquear ciertos centros de actividad.
Exasperación del sindicalísmo moderno
Berger, conocido por su habitual moderación en línea con el tono reformista y pactista de su sindicato, quiso escenificar su exasperación por lo que consideró "una locura democrática" del Gobierno francés por no escuchar a tanta gente que sale a la calle de forma repetida y pacífica.
Su otras veces rival y ahora gran aliado, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT, segunda central francesa), Philippe Martínez, señaló que aunque "hay mucha gente en la calle" eso "por ahora" no basta para que Macron rectifique.
"La pelota está ahora en el tejado del presidente de la República y del Gobierno, para saber si el movimiento tiene que amplificarse o endurecerse o si tiene en cuenta las movilizaciones actuales y vuelve a la razón", explicó Martínez.
Son cifras netamente superiores a las de la última movilización del martes 7 (entonces el Ministerio del Interior anunció 757 mil manifestantes y la CGT dos millones), aunque no tan elevadas como las de la precedente, el 31 de enero.
Muestran que la protesta no se está agotando, pero que tampoco crece significativamente.
Además, las manifestaciones no degeneran en violencia, más allá de algunos incidentes aislados de grupos radicales, que son una constante en casi cualquier tipo de marchas, como los que se pudieron ver este sábado en Rennes o en París, donde hubo contenedores y un coche quemados y al menos ocho detenidos.
Huelga sorpresa de controladores aéreos
Lo que sí se salió de lo esperado fue una huelga sorpresa de controladores aéreos que obligó, sin previo aviso, a cancelar el 50 % de los vuelos que estaban programados por la tarde en el aeropuerto parisino de Orly.
El proyecto de reforma de las pensiones, que esta semana ha empezado su tramitación el la Asamblea Nacional (cámara baja) pretende retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 años actualmente a 64 y acelera el aumento a 43 años del periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa.
El Gobierno ha cedido en algunos puntos marginales pero sólo para contentar a los parlamentarios del partido conservador Los Republicanos, que son fundamentales para que el texto salga adelante. (Con información de EFE/France24)