La cifra de víctimas supera ya con creces la de los terremotos de 1999 cerca de Estambul, donde murieron unas 18 mil personas.
En Siria, el balance de muertos se sitúa este domingo en 3 mil 575 y el de lesionados ronda los 5 mil 300, registrados en su mayoría en las áreas opositoras del noroeste del país árabe, donde ayer el grupo de rescatistas Cascos Blancos dio por finalizada la búsqueda de supervivientes.
Según datos de esa organización, 2 mil 167 personas fallecieron y 2 mil 950 resultaron heridas en las zonas rebeldes de las provincias de Idlib y Alepo, a las que se suman otros 1 mil 408 decesos y 2 mil 341 lesionados contabilizados en las áreas en manos del Gobierno de Bachar al Asad.
Tanto los Cascos Blancos, que desde ayer ya solo se dedican a recuperar cadáveres en los bastiones opositores, como la agencia oficial de noticias siria SANA desde hace dos días han ido informando de pequeñas variaciones en los recuentos en sus respectivas regiones.
Sin embargo, no se han producido grandes aumentos de forma reciente, lo que podría deberse a la falta de recursos con los que cuentan los equipos de rescate, lastrados por la falta de combustible generalizada en el país, un bien necesario no solo para el transporte sino también para operar las máquinas de desescombro.