Los dioramas que destacaron al mismo nivel que los demás fueron los dedicados a la cultura boliviana y un cuadrilátero con Barbies que representaban a las "cholitas luchadoras", mujeres aimaras dedicadas a la práctica de la lucha libre.
Además estaba la maqueta de un pequeño restaurante en el que la composición del lugar, integrado por Barbies y también el muñeco Ken, se servían platillos de la gastronomía boliviana.
Entre las representaciones culturales se colocaron varias parejas de Barbie y Ken con las vestimentas multicolores de danzas como la morenada, diablada, kullawada o waca waca, entre otras, así como vestimentas de los andes, valles y amazónica del país.
En tanto que en otro diorama, dos Barbies vestidas de cholitas y con dos trenzas largas en el pelo simulaban un combate de lucha libre sobre un cuadrilátero, ante la mirada de otras que hacían el rol de espectadoras.
Las cholitas "representamos a la mujer boliviana" y antes "no había una representación" así de Barbie, dijo a EFE la luchadora Ángela, que hace siete años se dedica a esos combates, y es hija de Ángela "la folclorista", quien le heredó esa pasión.
Símbolo de revolución
En uno de los puestos estaba la exhibición de Juana Martinet, una coleccionista de accesorios de Barbie entre los que destacan unos 2 mil pares de zapatos junto a una cantidad similar de carteras y perfumes, que sumados a otros artículos muestran la transformación que tuvo Barbie en el paso de las décadas.
Martinet dijo a EFE que los materiales han cambiado con los años, que al inicio eran «rústicos» con pocas variantes y que poco a poco se han vuelto "sofisticados".
Algo destacó esta recolectora de reliquias de Barbie es que es un "símbolo de revolución" ya que la muñeca muestra que el rol de la mujer no limita a "aprender a ser mamá".
"Barbie es mamá, Barbie es astronauta, es periodista. Barbie es (mil) profesiones que la mujer puede llegar a ser, incluso presidenta", remarcó Marinet.
La Barbie vino al mundo en una Feria Internacional del Juguete de Nueva York el 9 de marzo de 1959 a través la empresa Mattel.
La creadora Ruth Handler notó que mientras su hijo tenía muñecos de pilotos, bomberos o policías, en el caso de su hija las opciones se reducían a ser mamá o cuidadora, por ello creó una muñeca que mostrará a las niñas que "podían ser lo que quisieran", según la reseña de la firma.
Anualmente se venden unos 53 millones de ejemplares de la muñeca en más de 150 países del mundo.