La casi totalidad de la población está confinada desde principios de abril y muchos se han quejado de la falta de alimentos y del excesivo celo de las autoridades en hacer cumplir las cuarentenas.
Las autoridades aíslan a las personas que dan positivo, incluso si son asintomáticas, ubicándolas en centros de cuarentena.
Pero con más de 20.000 nuevos casos diarios estos últimos días, el aislamiento sistemático se complica.
El jueves por la noche, varios videos que circulaban en las redes sociales mostraron a residentes en el exterior de sus viviendas gritando a los agentes que portaban trajes protectores en los que se leía la palabra 'policía'.
En uno de los videos, la policía efectúa aparentemente varias detenciones, mientras los residentes acusan a las fuerzas de seguridad de «golpear a la gente».
Estos videos provocaron tales críticas que el grupo Zhangjiang, promotor inmobiliario del complejo residencial, publicó un comunicado sobre el incidente.
En él, afirma que «la situación es ahora tranquila» después de que «algunos inquilinos obstaculizaran la construcción» de una cerca de cuarentena.
El incidente se produjo cuando las autoridades ordenaron a 39 personas poner a disposición sus viviendas «en respuesta a las necesidades de prevención y control de la epidemia», y albergar en sus apartamentos a pacientes contagiados el virus, según el promotor.
En un video divulgado en directo por WeChat, y recuperado por la AFP, una mujer declara, sollozando: «El grupo Zhangjiang quiere convertir nuestro complejo residencial en un lugar de cuarentena y colocar ahí a personas que dan positivo al coronavirus».
El promotor asegura haber ofrecido una compensación a los habitantes, y haberlos realojado en otra ala del mismo complejo.
Como era de esperar, los censores suprimieron gran parte de los videos en línea sobre el incidente, pero éstos circulaban aún el viernes entre los usuarios de las redes sociales, constató la AFP.
Los habitantes de Shanghái parecen cada vez más desesperados por las dificultades de acceso a los alimentos y por el aislamiento forzado de personas que dan positivo en centros de cuarentena, cuyo confort e higiene son precarios.
Las manifestaciones son muchos menos frecuentes en China que en Occidente, aunque se producen de forma regular. Son poco mediatizadas, aunque tienen eco en internet, donde la velocidad de los contenidos supera la capacidad de la censura.
El ministerio de Salud informó el viernes de 24.000 nuevos casos positivos en China, de los cuales se detectaron en 23.000 en Shanghái. Son cifras muy elevadas para el país asiático que aplica una muy estricta estrategia contra el Covid.