Conoce al marinero que sobrevivió en una burbuja de aire dentro de un barco hundido
Okene intentó gritar varias veces pero no recibió respuesta y desde allí supo que los otros tripulantes (en total once) del barco estaban muertos
Internacional.- El marinero nigeriano Harrison Okene sobrevivió 60 horas en una burbuja de aire dentro de un barco hundido en el mar de un barco hundido a 30 metros por debajo de la superficie del mar.
Todo sucedió en mayo de 2013 él trabajaba como cocinero en este barco de nombre el AHT Jascon-4, que era remolcadora de buques tanque de petróleo de la multinacional Chevron en el Atlántico, sobre el delta del Níger, a 30 kilómetros de la costa nigeriana.
El hecho fue a las 4:30 de la madrugada del domingo 26, cuando sintió un golpe por una ola y el barco comenzó a darse vuelta.
“Cuando salía del baño estaba todo totalmente oscuro y con otros colegas tratamos de buscar la salida a través de la escotilla de agua. Había tres tipos delante mío y de repente entró el agua con gran fuerza. Vi cómo se llevaba al primero, al segundo y al tercero. Sabía que estaban muertos”, relató.
Okene intentó gritar varias veces pero no recibió respuesta y desde allí supo que los otros tripulantes (en total once) del barco estaban muertos.
“Estaba luchando por mantenerme con vida, preguntándome cuánto tiempo me duraría el aire. Pensaba en mi familia, en mi esposa, en qué le pasaría, cómo viviría después de mi muerte. También repasaba mi vida, una y otra vez”, afirmó.
El rescate
El nigeriano a lo lejos vio una “antorcha marina” del buzo sudafricano Nico Van Heerden, de DCN. Estos iban a rescatar los cuerpos, pero cuando se encontraron con Okene la misión cambió.
“Él no me vio, pero yo sí a él. Estiré el brazo y lo toqué. En ese momento yo estaba llorando, ya me había resignado a morir, estaba listo para irme, pero Dios escuchó mis oraciones”, contó.
Asimismo se conoció que ellos fueron al lugar pensando lo peor porque solo se habló de victimas fatales. Agregaron que “cuando me encontré con Van Heerden, después de que salió de la cámara hiperbárica, me confesó que iba mentalizado para lo peor... quedó tan impactado como todos, fue increíble”.
Sin embargo, sacarlo con vida del fondo del mar no era suficiente ahora, porque por el cambio de presión lo mataría en el proceso.
Por suerte la misión encontró una campana cerrada que permitió mantener la misma presión que el cuerpo de Okene y la liberaron, una vez afuera, poco a poco.
El marinero sostiene que todo fue milagro de Dios porque no le tocaba irse.