Se estima que la mayoría de los desaparecidos son ucranianos, pero el CICR no comunica cuantos corresponden exactamente a una u otra parte, porque en ambos lados hay familias que sufren al no saber qué ha ocurrido con sus seres queridos en meses de guerras.

En cumplimiento de los Convenios de Ginebra, Rusia y Ucrania establecieron Oficinas Nacionales de Información para recolectar, centralizar y transmitir las informaciones sobre los prisioneros de guerra o los civiles internados que están bajo su poder y que son personas protegidas según el derecho internacional.

Desde el inicio de la guerra, que esta semana cumplirá dos años, el CICR ha recibido más de 115.000 llamadas telefónicas, solicitudes en línea, cartas o visitas presenciales de personas tanto de Rusia como de Ucrania que buscaban a sus familiares desaparecidos.

La portavoz de la organización, Claire Aude Kaplun, señaló que en los últimos meses la lista de desaparecidos que se maneja ha aumentado en 1.000 personas, pero que no hay claridad sobre "cómo hay que interpretar este aumento".