Se trata del segundo caso de muerte digna en la historia del Perú, luego de que el pasado 21 de abril Ana Estrada accediera a la eutanasia. Sin embargo, de haber seguido los designios de Benito, quien vivió más de 10 años con ELA inmovilizada totalmente, el orden hubiese sido inverso.
La mujer deseaba morir dignamente el 23 de febrero, el día de su cumpleaños número 66, pero el área de cuidados intermedios del Hospital Rebagliati del Seguro Social de Salud (EsSalud), ubicado en Lima, le negó esa posibilidad alegando objeción de conciencia.
"El procedimiento médico fue realizado en cumplimiento de la sentencia firme emitida por la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima, que, en febrero de 2024, ordenó a EsSalud respetar y garantizar la decisión libre e informada de María de rechazar los tratamientos médicos que prolongaban artificialmente su vida y la hacían sufrir en demasía", se lee en el texto.
En su última hora, añade el comunicado, Benito estuvo rodeada de su familia y "partió durmiendo, conforme a su voluntad".