Sus compañeros de trabajo, al ver la gravedad de la situación, lo llevaron de urgencia a una estación de bomberos en Greentown. Allí, los servicios médicos intentaron reanimarlo utilizando soporte vital cardíaco. Sin embargo, después de varios minutos de esfuerzo, se declaró muerto.
El Dr. Steven J. Seele, en un comunicado oficial, mencionó: «Según la investigación inicial de la oficina forense, el Sr. Oropeza y otras personas estaban trabajando para preparar el terreno para uno de los vendedores de comida cuando recibieron una descarga eléctrica, y el Sr. Oropeza quedó inconsciente y no respondía».