Según el grupo, en el hospital Khalil Suleiman, rodeado por las fuerzas israelíes desde el inicio de la incursión, los suministros de electricidad y agua están comprometidos. "El equipo médico se ha visto obligado a interrumpir las operaciones de diálisis, clave para el tratamiento de la insuficiencia renal", afirmaron.
También señalaron que, en la ciudad de Tulkarem, se destruyeron varios campos de refugiados, donde uno de sus voluntarios fue brutalmente golpeado e interrogado por las autoridades israelíes.
"Israel debe cumplir sus obligaciones como potencia ocupante en Cisjordania, incluido el acceso a la atención médica. Los hospitales, las ambulancias y la misión humanitaria médica deben ser respetados y protegidos", aseveró la organización.