Ciencia y Tecnología
Nave Starliner de Boeing regresa a la Tierra y deja a astronautas en la estación espacial
Hay mucho en juego para el centenario gigante aeroespacial, con su reputación maltrecha por los problemas de seguridad que rodean a sus reactores comerciales y sus perspectivas
7 de septiembre de 2024
Internacional.- La atribulada Starliner de Boeing regresó este sábado 7 de septiembre a la Tierra sin los astronautas que viajaron en la nave hasta la Estación Espacial Internacional, después de que la NASA considerara demasiado arriesgado traerlos de vuelta a bordo.

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Tras años de retrasos, la Starliner despegó en junio para lo que se suponía iba a ser una misión de prueba, de aproximadamente una semana de duración, una prueba final antes de que se pudiera certificar su capacidad para llevar y traer tripulantes al laboratorio orbital.

Sin embargo, el inesperado mal funcionamiento de los propulsores y las fugas de helio durante el ascenso desbarataron esos planes.

La NASA decidió que era más seguro traer de vuelta a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams en la tripulación rival SpaceX Crew Dragon, aunque tendrán que esperar hasta febrero de 2025.

La cápsula, con forma de gota de goma, aterrizó suavemente en el puerto espacial de White Sands, en Nuevo México, a las 04:01 GMT, con un descenso ralentizado por paracaídas y amortiguado por airbags, tras haber partido de la ISS unas seis horas antes.

Los equipos de tierra informaron de que se habían oído estampidos sónicos mientras la nave cruzaba al rojo vivo el cielo nocturno, tras haber soportado temperaturas de tres mil grados Fahrenheit (mil 650 grados Celsius) durante la reentrada atmosférica.

“La NASA y Boeing han aprendido muchísimo sobre el Starliner en el entorno más extremo posible”, declaró Ken Bowersox, administrador asociado de la dirección de misiones de operaciones espaciales de la agencia.

“La NASA espera seguir trabajando con el equipo de Boeing para proceder a la certificación de Starliner para misiones de rotación de tripulación a la estación espacial”, añadió.

Tras realizar exhaustivas pruebas en tierra para simular y superar los problemas técnicos encontrados durante el ascenso del Starliner, Boeing prometió -tanto públicamente como a puerta cerrada- que podría llevar a los astronautas a casa de forma segura. La NASA, sin embargo, no estuvo de acuerdo.

Hay mucho en juego para el centenario gigante aeroespacial, con su reputación maltrecha por los problemas de seguridad que rodean a sus reactores comerciales y sus perspectivas a largo plazo de misiones espaciales tripuladas pendiendo de un hilo.

Decisiones de certificación pendientes

Poco después de desacoplarse, el Starliner ejecutó un potente “encendido de arranque” para alejarse rápidamente de la estación y evitar cualquier riesgo de colisión, una maniobra que habría sido innecesaria si la tripulación hubiera estado a bordo para tomar el control manual en caso necesario.

A continuación, los equipos de la misión realizaron comprobaciones exhaustivas de sus propulsores para preparar el crítico “encendido de órbita”, necesario para guiar la cápsula hacia su trayectoria de reentrada unos 40 minutos antes del aterrizaje.

Aunque se esperaba que el Starliner lograra el aterrizaje, al igual que en las dos pruebas anteriores sin tripulación, la NASA revisará ahora cuidadosamente todos los aspectos del rendimiento de la misión antes de decidir los siguientes pasos.

Hace más de una década, la NASA adjudicó a Boeing y SpaceX contratos multimillonarios para desarrollar naves espaciales que transportaran a los astronautas hasta y desde la ISS, después de que el fin del programa del transbordador espacial dejara a la agencia espacial estadounidense dependiente de los cohetes rusos.

SpaceX, de Elon Musk, se impuso a la poderosa Boeing, aunque en un principio se la consideraba la favorita, y desde 2020 ha hecho volar con éxito a decenas de astronautas.

El programa Starliner, mientras tanto, se ha enfrentado a numerosos contratiempos.

En 2019, durante su primer vuelo de prueba sin tripulación, un fallo de software impidió que la cápsula se reuniera con la ISS. Un segundo problema de software, que podría haber causado una colisión catastrófica entre sus módulos, se detectó y solucionó justo a tiempo.

En 2021, con el cohete preparado en la plataforma de lanzamiento para un nuevo intento, unas válvulas bloqueadas obligaron a un nuevo aplazamiento.

La cápsula llegó finalmente a la ISS en mayo de 2022 en un vuelo sin tripulación, pero otros problemas, como unos paracaídas débiles y cinta adhesiva inflamable en la cabina que hubo que retirar, retrasaron la prueba con tripulación.

Para la misión actual, los astronautas Wilmore y Williams habían sido atados a sus asientos y preparados para volar dos veces antes de que los “scrubs” de última hora debidos a fallos técnicos les enviaran de vuelta a sus camarotes.
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VÍA NT
FUENTE France 24