El coronel Jean Fajardo, portavoz de la policía en Filipina, señaló que alrededor de las 13:30 hora local se les dio a los sospechosos un ultimátum de 24 horas para que salieran de uno de los edificios dentro del complejo de 30 hectáreas de la iglesia Reino de Jesucristo. Se entregaron a las 17:30 horas y la misma noche se iniciaron los procedimientos de registro policial, incluidos exámenes físicos y médicos.
El 24 de agosto, alrededor de dos mil agentes de policía se abalanzaron sobre el complejo con el fin de detener a Quiboloy y otros sospechosos. Luego, Fajardo señaló que la policía está teniendo dificultades para buscar en una instalación subterránea "hecha de piedras gruesas, metales gruesos y materiales duros" y que fue construida "para soportar cualquier calamidad provocada por el hombre o incluso desastres naturales".
Quiboloy de 74 años de edad, líder de la iglesia Reino de Jesucristo, fundada en el año 1985 en Filipinas, y sus presuntos cómplices enfrentan una serie de cargos, que incluyen conspiración, tráfico sexual de niños, tráfico sexual por la fuerza, fraude y coacción, fraude matrimonial, lavado de dinero, contrabando de efectivo y fraude de visas.
Los investigadores consideran que Quiboloy junto con otros acusados reclutaban mujeres de entre 12 y 25 años de edad como asistentes personales o "pastorales", que estaban obligadas a cocinar para él, autoproclamado "Dueño del Universo" e "hijo designado de Dios". Además, debían limpiar sus residencias, darle masajes y tener relaciones sexuales con él durante los denominados "turnos de noche".
Las víctimas que lograron escapar explicaron a los agentes del FBI que trabajaban durante todo el año y eran golpeadas y abusadas psicológicamente si no cumplían con los quehaceres diarios, y algunas de ellas incluso estaban obligadas a vivir en automóviles en paradas de camiones.