Según el diario Il Giorno, un marchante de objetos de segunda mano halló a inicios de los sesenta un lienzo enrollado en un sótano de una villa en la isla de Capri (sur de Italia) que se llevó a casa.
La obra, un retrato en estilo cubista de Dora Maar, fotógrafa que fue amante y musa del pintor malagueño, y del que hay otro cuadro casi igual reconocido como original. Desde entonces, estuvo colgado por más de medio siglo en el salón de su casa, y aunque el cuadro incluye una firma que pone "Picasso", la pareja lo tuvo sin ser consciente del valor que la obra podía tener.