Al detectarse discrepancias entre la carga declarada y la real, se procedió a la apertura del contenedor, que procedía de Guayaquil (Ecuador). Fue así como se descubrió que, detrás de un cargamento de plátanos, había una gran cantidad de cajas con ladrillos de cocaína ocultados en su interior.
Tras las primeras diligencias, los agentes realizaron cinco registros por orden judicial, cuatro en la provincia de Alicante y uno en Madrid, la capital española, donde intervinieron mucha documentación que será analizada por investigadores.
Como resultado del operativo, que contó con la cooperación de la Policía Nacional de Ecuador, una mujer, socia de la empresa destinataria del envío, fue puesta bajo disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Algeciras. En paralelo, dos responsables de la compañía se encuentran prófugos.