Tras anunciar que la Federación Rusa reconocería la independencia y la soberanía de las regiones separatistas prorrusas del este de Ucrania, el
, que se habían autoproclamado Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, en la noche del lunes 21 de febrero.
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Los dos decretos del presidente ruso piden al Ministerio de Defensa que las fuerzas armadas rusas asuman "funciones de mantenimiento de la paz en el territorio" de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Un paso más hacia la temida escalada. El tono del presidente ruso durante su discurso, en el que reconoció a los territorios separatistas, fue muy ofensivo, profiriendo amenazas.
Según algunas fuentes, el despliegue del ejército ruso ya ha comenzado, los vehículos militares y los blindados están de camino a Donbass y algunos ya están en las calles de Donetsk. La cuestión crucial es, obviamente, hasta dónde llegarán los soldados rusos: Rusia puede considerar que los territorios que ha reconocido se limitan a los actualmente ocupados por los separatistas, es decir, sólo una parte de Donbass.
Pero si Rusia considera que estos territorios corresponden a las regiones administrativas de Donetsk y Lugansk tal y como existían en 2014 antes del conflicto, entonces es seguro que habrá un gran conflicto militar con el ejército ucraniano. Una cosa es cierta; en cualquier caso, en la mañana del martes, con el anuncio de Vladimir Putin, torpedeaba la vía diplomática.
Sin embargo, Rusia afirmó el martes que su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, sigue dispuesto a dialogar con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, luego de haber reconocido a las regiones separatistas prorrusas de Ucrania.
"Incluso en los momentos más difíciles (...) decimos: estamos listos para negociar", declaró la portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova, en una declaración divulgada por YouTube.
El reproche de los países occidentales era esperado, pero la sorpresa vino de los tradicionales aliados de Rusia en el Consejo, informa nuestra corresponsal en la ONU Carrie Nooten.
Aparte del representante chino, que obviamente no tuvo tiempo de recibir instrucciones de Pekín, se mostraron bastante distantes de Moscú, e incluso denunciaron abiertamente esta línea roja cruzada por Vladimir Putin. Una transgresión que destruye la idea del multilateralismo, ese concepto que es la razón de ser de las Naciones Unidas.
Por su parte, el embajador ruso denunció la emotividad de sus colegas europeos y estadounidenses y confirmó que los soldados enviados a los enclaves separatistas ucranianos eran esencialmente fuerzas de mantenimiento de la paz. Un "sinsentido", según su homólogo estadounidense.
El representante de Kiev en Nueva York reafirmó que las fronteras de Ucrania permanecerían inalteradas. Dijo que estaba felizmente sorprendido por la capacidad de respuesta de sus colegas en el Consejo. "Pensé en venir al funeral de la ONU esta noche. Al final, la encontré en la cama del hospital y puede que todavía tenga una oportunidad de recuperarse", dijo.
Tomado por sorpresa, el Consejo de Seguridad aún no ha emitido una declaración, pero podría hacerlo en los próximos días. Está previsto que la Asamblea General, que reúne a los 193 miembros de la ONU, se reúna mañana para tratar el tema. (rFI)