El pasado 11 de marzo, el Papa desde el Gemelli aprobó estos encuentros de "acompañamiento", con el fin de implementarlos en el Sínodo que concluyó, tras un trienio, en 2024 y se centró en el tema "Por una Iglesia sinodal. "Comunión, participación, misión".
El documento final redactado tras los tres años de trabajos "forma parte del magisterio ordinario del sucesor de Pedro" y "como tal requiere ser acogido" y "esto implica para las Iglesias locales y las agrupaciones de Iglesias, el compromiso de poner en práctica" las indicaciones, a través de procesos de "discernimiento y decisión".
Para este proceso de actuación, se ha renovado la implicación de todas las personas que han dado su contribución durante el Sínodo, para hacer fructificar la "escucha de todas las Iglesias.
Los instrumentos básicos serán por tanto los "equipos sinodales formados por sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, acompañados por su obispo" y estos equipos deberían ser "reforzados" y, si es necesario, "renovados, reactivados e integrados adecuadamente", recomienda el Secretario General.
El cardenal Grech indicó que en mayo se publicará un documento específico para indicar su implementación concreta y posteriormente, entre el primer y segundo semestre de 2027, se realizarán asambleas de evaluación en las diócesis, eparquías y conferencias episcopales.
El primer y segundo semestre del año 2028 estarán destinados, en cambio, a las asambleas continentales de evaluación y a la publicación del Instrumentum laboris de la asamblea eclesial de octubre de 2028.
El Sínodo para reformar la Iglesia concluyó con recomendaciones para mayor escucha a los fieles y mayor acogida, pero sin lograr dar a las mujeres más igualdad a las mujeres, que pedían entre otras cosas la apertura del diaconado.