¡Milagro en altamar! Un pescador peruano sobrevivió tras pasar 95 días a la deriva
El pasado 7 de diciembre del 2024, zarpó de Marcona, Ica, en su embarcación "El Gatón 2" en Perú y fue rescatado en Ecuador
Internacional.- Máximo Napa Castro,
un pescador peruano de 60 años sobrevivió 95 días naufragando en el mar, hasta ser rescatado por una embarcación de Ecuador, lo que ha sido considerado un milagro y ha dado la vuelta al mundo por la hazaña.
Las poderosas corrientes marinas lo llevaron, durante tres meses hacia el norte, recorriendo cientos de kilómetros sobre el mar, forzándolo a hacer gala de su valentía y emplear sus conocimientos adquiridos a lo largo de varios años.
Ante la situación que vivió su padre, Eder Napa contó que “Ha tenido un problema con su motor, sabíamos que no podía entrar a tierra por su motor. Si se te malogra el motor en altamar es difícil que puedas entrar a tierra. Además, el mar es tan inmenso que cruzarse con un bote es muy difícil”.
Además, señaló que, tras ser rescatado, su papá le contó por teléfono que su enorme deseo de volver a abrazar a su madre, a sus hijos y esposa fue lo que le dio las fuerzas para seguir luchando por su vida.
Relató que “Se preparaba un poquito de arroz para dos días con un poco de leña. Había días que no comía. Tenía solo unas galletas que las racionaba. Se comía una galleta al día, a veces tomaba agua. El agua la tomaba poco. Lo afortunado que fue es que llovió varios días y con eso estuvo juntando agua, pero hace 15 días no llovía”.
Barco atunero
El valiente pescador fue encontrado por un barco atunero mar adentro, a unos mil kilómetros de la costa ecuatoriana. “Ese barco es inmenso, tiene hasta helipuerto, porque busca el pescado con helicóptero”.
“En la expedición que hacen ellos avistaron unas aves que estaban encima del bote y pensaban que era un cardumen de pescado. Ellos se acercan, y cuando escucha el helicóptero, él sale con las pocas fuerzas que tenía, y gracias a Dios los hermanos ecuatorianos lo pudieron rescatar”, dijo Eder visiblemente emocionado.
Napa Castro llegó a Paita en un barco y se estrechó en un fuerte y emocionante abrazo con sus familiares: “Gracias a Dios, gracias a Dios”, repetía llorando. Contó que en el mar tuvo que comer pájaros y tortugas. Hoy llegaría a Lima vía aérea y después irá a su hogar, en el distrito de San Andrés, en Pisco, Ica.