Los astronautas fueron recibidos, además de estar rodeados por un grupo de delfines que rodeó la capsula, con la siguiente frase desde el centro de control: "Nick, Alec, Butch, Suni, de parte de SpaceX, bienvenidos a casa".
Ambos amerizaron a las 18 hora local (22:00 GMT) a bordo de la nave espacial SpaceX Dragon, tras un viaje de 17 horas.
En cuestión de minutos, la cápsula redujo su velocidad de más de 27 mil km/h a estacionaria y amerizó frente a la costa de Florida.
Tres cuartos de hora antes, su cápsula de la misión Crew-9 todavía orbitaba alrededor de la Tierra a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora. La deceleración para terminar en un amerizaje suave sobre el océano Atlántico, a una velocidad de paseo en bicicleta, fue posible gracias al acalorado rozamiento de la atmósfera y a la ayuda final de dos paracaídas de frenado y de los cuatro gigantescos paracaídas principales de esa nave Dragon de la compañía espacial SpaceX, empresa aeroespacial de Elon Musk.
Suni Williams y Butch Wilmore nunca estuvieron realmente atrapados en el espacio. La NASA siempre aseguró que en todo momento que podían haber regresado: primero en la problemática Starliner y, desde la llegada de la Crew-9, en su propia cápsula de fiabilidad probada para volver a casa. Ya nadie podía llamarles “atrapados” ni “varados” con un mínimo de respeto a la realidad. Sin embargo, Donald Trump volvió al poder el pasado mes de enero. Y en su frenético inicio de mandato, el nuevo presidente de EE UU volvió a llamar a Williams y Wilmore “los astronautas abandonados por la administración Biden en el espacio” y encargó a su asesor de máxima confianza, Elon Musk, que los rescatase lo antes posible.