Trump define una estrategia de negociación para reducir los aranceles, mientras profundiza la guerra comercial contra China y la UE
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, propuso al líder republicano que abra una línea de diálogo con mandatarios extranjeros
Internacional.- Este domingo en Mar -a- Lago, Scott Bessent secretario de Estado, alertó a Donald Trump que su iniciativa arancelaria implicaría una caída abrupta en las bolsas más importantes del mundo, desde Wall Street a Honk Kong.
En este contexto, Bessent sugirió a Trump abrir un canal de diálogo con los mandatarios de los países que ya estaban llamado a la Casa Blanca para encontrar un punto de contacto que aplacara los gravámenes impuestos a todos los bienes que se exportan a Estados Unidos.
Bessent no se equivocó: conoce la lógica del sistema financiero, y asumió que todo iría hacia abajo (bear market) frente a la posibilidad de una abrupta recesión mundial.
“Cuanto más rápido se resuelva este problema, mejor, porque algunos de los efectos negativos aumentan acumulativamente con el tiempo y serán difíciles de revertir”, escribió Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, en su carta anual a los accionistas.
“La mayoría de los directores ejecutivos con los que hablo dirían que probablemente estemos en recesión en este momento”, sostuvo Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock.
El secretario de Estado conoce personalmente a Dimon, Fink y Ackman -como Trump- y sus opiniones con muchísimo peso en Wall Street fortalecieron la posición dialoguista de Bessent.

“El presidente Trump, como saben, es mejor que nadie a la hora de obtener la máxima influencia. Yo le dije a varios funcionarios extranjeros que mantengan la calma, que no escalen la situación y que presenten sus ofertas”, reveló Bessent.
En la Casa Blanca aseguraban que más de 50 países se habían comunicado con el Ala Oeste para iniciar un diálogo sobre las tarifas con la administración republicana. De hecho, Bessent fue designado por Trump para iniciar negociaciones con Japón, que funciona como balance de poder ante China.
Pero esta variable en la estrategia de confrontación del líder republicano no se ejecutará en los próximos días. Trump está en plena guerra comercial con China y avanza de frente contra la Unión Europea, que se supone aliada estratégica de Estados Unidos.

Trump amenazó a China con imponer un arancel del 104 por ciento a sus exportaciones de Estados Unidos, una hipótesis de conflicto que puede convertir al sistema de comercio internacional en una montaña rusa.
“Si China no retira su aumento del 34 %, además de sus abusos comerciales a largo plazo, antes de mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos impondrá aranceles adicionales del 50 % a China, a partir del 9 de abril”, advirtió Trump desde su red social.
La réplica desde Beijing tardó doce horas en llegar. Xi Jinping, presidente de China, plantea una confrontación constante con Estados Unidos. Y cuando caía la tarde en DC, Xi utilizó al portavoz del Ministerio de Economía para acelerar la guerra comercial entre ambos países.
“La amenaza de Estados Unidos de intensificar los aranceles contra China es un error sobre otro error y vuelve a mostrar la naturaleza de chantaje de Estados Unidos. China nunca aceptará esto. Si Estados Unidos insiste, China luchará hasta el final”, sentenció la cartera de Economía en un comunicado oficial.
En este contexto, Trump no puede abrir la mano y trasmitir una imagen de debilidad geopolítica ante sus enemigos globales.

Europa que ya cuestiona la estrategia de Estados Unidos ante Ucrania, siempre fue aliada de la Casa Blanca: desde la Segunda Guerra Mundial, para citar una fecha clave, hasta el final del mandato de Joe Biden.
Pero ahora, con la administración republicana, ese vínculo histórico tambalea. Estados Unidos exige que la Unión Europea se haga cargo de la OTAN, y además impuso un arancel del 20 por ciento para todos sus bienes que se exportan a territorio americano.
“Hemos propuesto aranceles cero para los productos industriales. Europa siempre está dispuesta a llegar a un buen acuerdo con Estados Unidos”, dijo la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una rueda de prensa en Bruselas.
Y añadió: “también estamos listos para responder con contramedidas y defender nuestros intereses”.
Estas declaraciones de Von der Leyen cayeron pésimo en el Salón Oval. Trump estaba con Benjamín Netanyahu, que visitó Washington por dos días, cuando decidió replicar la propuesta política que llegó desde Bruselas.
“La Unión Europea ha sido muy, muy mala con nosotros, no compran nuestros coches, como Japón en ese sentido, no compran nuestros productos agrícolas. No se llevan prácticamente nada”, dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca.