El pontífice, de 88 años, se presentó en silla de ruedas, llevaba las cánulas nasales para recibir oxígeno e iba vestido con el hábito papal blanco, además de llevar una ofrenda floral, según las imágenes difundidas de la visita, en las que se oye gritar a uno de los fieles ‘Viva México’.
Francisco es muy devoto del icono "Salus Populi Romani", que visita siempre después de sus viajes, como hizo también el pasado 23 de marzo, cuando salió del hospital y, por sorpresa, la comitiva en la que se desplazaba el pontífice se desvió de su camino para llegar a Santa María la Mayor.
Se trata de última aparición sorpresa del papa durante su convalecencia en a Casa Santa Marta, su residencia, donde los médicos estimaron que debía permanecer al menos dos meses de reposo y con pocas visitas para lograr su recuperación.