La comitiva que trasladaba a Francisco entró en la prisión Regina Caeli, en el barrio romano de Trastévere, poco antes de las 15.00 horas, y salió unos 20 minutos después de que Francisco se reuniera con unos 70 reclusos.
Es una prisión que Francisco ha visitado para el ritual anual del Jueves Santo de lavar los pies a 12 personas para recrear el gesto de servicio humilde de Cristo con los 12 apóstoles antes de su crucifixión, aunque en esta ocasión el Pontífice no se ha encargado del acto en sí, informa Manuel Tori. "Cada vez que entro en uno de estos lugares, me pregunto: '¿Por qué ellos y no yo?". dijo Francisco a los periodistas a la salida de la prisión, en sus primeras declaraciones improvisadas desde que enfermó.
El hecho de que el Papa, de 88 años de edad, mantuviera la tradicional cita del Jueves Santo, cuando por prescripción médica debe tomárselo con calma y evitar las aglomeraciones, fue una clara señal de la importancia que concede a la pastoral penitenciaria y a la necesidad de que los sacerdotes sirvan a los marginados.
Cabe señalar que en las últimas salidas, se le ha visto sin los tubos nasales que le proporcionan oxígeno suplementario y los funcionarios del Vaticano dicen que es cada vez menos dependiente de la terapia.Preguntado el jueves cómo estaba haciendo y marcando la temporada de Pascua de este año, Francisco dijo con voz débil: "Lo estoy viviendo como puedo".
Francisco ha delegado las exigentes celebraciones litúrgicas de Semana Santa en cardenales elegidos, pero el Vaticano dice que el propio Papa compuso las meditaciones que serán leídas en voz alta por otros durante la procesión del Vía Crucis del viernes por la noche en el Coliseo de Roma.