Así fueron las últimas horas del papa Francisco antes de su fallecimiento
Hacia las 5:30 de la mañana (hora del Vaticano) aparecieron los primeros síntomas del malestar
Internacional.- Entre las últimas palabras del pontífice estaba su agradecimiento a su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, por animarlo a dar el último paseo en el Papamóvil el domingo después del "Urbi et Orbi". El descanso por la tarde, la cena tranquila, luego al amanecer, la enfermedad, el coma, el fallecimiento, al día siguiente de haber saludado al mundo después de tanto tiempo.
“Gracias por devolverme a la Plaza”, entre las últimas palabras del Papa Francisco estaba su agradecimiento a quienes, durante este tiempo de enfermedad, pero mucho antes, habían velado incansablemente por él: Massimiliano Strappetti, el enfermero que (como él mismo dijo una vez) le salvó la vida al sugerirle la operación de colon y a quien el Pontífice nombró después su asistente sanitario personal en el 2022.
A su lado durante los 38 días de hospitalización en el Policlínico Gemelli y las 24 horas del día durante su convalecencia en la Casa Santa Marta, Strappetti estuvo con el Papa el Domingo de Pascua, durante el "Urbi et Orbi". La víspera habían acudido a la Basílica de San Pedro para repasar el "recorrido" que iba a hacer al día siguiente y asomarse a la Logia de las Bendiciones.
El abrazo con la multitud
Y después de aquel momento, el domingo por la mañana, en el balcón del corazón de la fachada de la Basílica vaticana, cuando los fieles de las treinta y cinco mil iniciales se habían convertido ya en cincuenta mil, el Papa quiso dar una última y significativa sorpresa yendo a la Plaza de San Pedro para dar una vuelta en el papamóvil. No sin cierto temor inicial: "¿Crees que podré hacerlo?", le había preguntado a Strappetti, quien lo tranquilizó. De ahí el abrazo a la multitud y en particular a los niños: El primer paseo tras su salida del hospital Gemelli, el último de su vida.
Cansado pero feliz, el Papa agradeció a su asistente personal de salud: "Gracias por traerme de vuelta a la Plaza". Palabras que revelan la necesidad del pontífice argentino (que hizo del contacto humano directo la característica de su pontificado) de volver a estar al medio de la gente.
Sus últimas horas
Francesco descansó por la tarde y cenó tranquilamente. Hacia las 5.30 de la mañana aparecieron los primeros síntomas del malestar, con la pronta intervención de quienes velaban por él. Más de una hora después, tras saludar a Strappetti, tumbado en la cama de su piso en la segunda planta de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma. No sufrió, todo sucedió rápidamente, dicen quienes estuvieron a su lado en esos últimos momentos.
Una muerte discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido su salud en gran secreto. Una muerte que se produjo al día siguiente de la Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo. Aquel al que, desde los primeros momentos de su elección, el 13 de marzo del 2013, había prometido un camino "juntos".