Luis Heraclio Medina Canelón: ¿Quién fue Aranzazu, el último mensajero?
"Una de las avenidas más extensas de nuestra ciudad es la Aranzazu (109)"
Opinión.- Una de las avenidas más extensas de nuestra ciudad es la Aranzazu (109), ubicada hacia la parte sur de la ciudad, transitada por miles de personas diariamente y enclavada entre muchos barrios y urbanizaciones populares, pero prácticamente nadie sabe quién fue Aranzazu, el personaje que le da su nombre a la arteria vial.
Juan de Dios Aranzazu nació en Rio Negro, Nueva Granada en 1789 en el seno de una familia acomodada, recibió una educación a nivel superior que cursó en Bogotá, convirtiéndose en abogado. En 1810 su familia decide enviarlo a Maracaibo, donde tenían intereses comerciales, para alejarlo de la política, pero en esta ciudad se vincula a actividades sediciosas por lo que tuvo que huir a México.
Regresó a Nueva Granada en 1819 donde sin mucho en la carrera militar, pero como político fue representante al Congreso de Colombia en 1823 y 1824.
Como diputado asistió a la Gran Convención de Ocaña en 1828 que trataba de reformar la constitución para remediar la crisis política que había ene se momento entre los distintos países que ahora conformaban Colombia (Venezuela, Panamá y Quito). Luego Como representante firmó la Constitución de Colombia de 1830.
¿Pero qué tiene que ver Aranzazu con Valencia?
En 1830, en Colombia se reúne un congreso constituyente, tratando de lograr una salida a la crisis separatista y buscando conservar de alguna manera la unión de los países que conformaban la nueva república de Colombia, lo que han dado por llamar “la Gran Colombia”.
Pues bien, ese congreso de Colombia establece una nueva constitución y decreta el 5 de mayo de 1830 un “ofrecimiento” a Venezuela, para que se acoja a esta constitución y no rompa la unión. Este decreto entre otras cosas señalaba:
La Constitución acordada por el Congreso la ofrecerá el Gobierno a las provincias de la antigua Venezuela …, como un vínculo de unión y concordia y procurará que la acepten por todos los medios pacíficos ...
Aunque todas o la mayor parte de las Provincias de la antigua Venezuela, rompiendo enteramente el pacto solemne que las unía con las demás de Colombia, rehúsen admitir la Constitución … el Gobierno no les hará la guerra para obligarlas a respetar aquel pacto.
Aranzazu es enviado a Valencia para presentar al gobierno de Páez, la nueva constitución. Aranzazu viene ha hacer los últimos esfuerzos para tratar de conservar la unión de Venezuela con la República de Colombia. En Valencia se le da entrada a Aranzazu en el Congreso, tal como lo recuerda el propio Páez en su autobiografía:
“el Congreso dar asiento en su seno al señor Juan de Dios Aranzazu, enviado por el gobierno de Bogotá …, para invitar a Venezuela a la unión con el resto de Colombia. Acogiose con benevolencia al enviado granadino y se le colocó entre los diputados venezolanos; pero bien pudo prever el vano resultado de su comisión…”
Pero Aranzazu pudo percibir el ambiente separatista que se sentía en Valencia, y escribió a Bogotá:
“Como no tengo un perfecto conocimiento del estado de la opinión en esta parte de la República, no puedo anticiparme a manifestar a ustedes el resultado probable de mi comisión, y aunque tengo el gusto de informar al gobierno que el de Venezuela junto con el pueblo no quiere sino la paz y la amistad con el de la Nueva Granada, no sé hasta qué punto puedan influir estas buenas y amigables disposiciones en el mantenimiento de la unión.”
Finalmente, el Congreso Constituyente de Valencia rechaza la constitución de Colombia y por lo tanto seguir formando parte de esa república. Así se contestó a Colombia:
“Que Venezuela ocupada de su propia Constitución …, no admite la Constitución que se le ofrece, ni como existe, ni con reformas …; pero que está dispuesta a entrar en pactos recíprocos de Federación … luego que ambos Estados estén perfectamente constituidos”
Quedó así independizada definitivamente Venezuela, ahora no de España, sino de Colombia, de manos del general José Antonio Páez, sin guerras, sin muertos y sin violencias. Le tocó a Aranzazu tratar en Valencia el último esfuerzo por conservar la unidad.
Luis Heraclio Medina Canelón
M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo.
@luishmedinac.