Opinión
César Burguera: Lealtad absoluta con Lacava
"Su hermandad con la máxima expresión del proceso revolucionario, con el presidente Nicolás Maduro"
13 de septiembre de 2022

Opinión.- Permanente fidelidad

En reiteradas ocasiones hemos plasmado, en una suerte de objetiva descripción, esa inalterable relación de absoluta lealtad e inalterable compromiso que existe entre el gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava con quien es su principal referente político, con su perenne compañero de luchas en los complejos y duros momentos, esas mismas luchas que han sido asumidas con similar vocación, con arrojada conducta y que ha forjado su hermandad con la máxima expresión del proceso revolucionario, con el presidente Nicolás Maduro. Lacava ha logrado, con su indiscutible patrimonio político, la condición de invaluable pieza con el único objetivo de exhibirse como el principal promotor de la necesaria e ineludible continuidad del paso gubernamental. Es diariamente pregonar, como lo hiciese en el V Congreso del PSUV, la petición de la impostergable conducta para que esa capital instancia partidista proceda a proclamar, desde ya, como candidato de la revolución para los comicios presidenciales del 2024 a Nicolás Maduro, factor protagónico, imprescindible arquitecto en la dinámica confección de la nueva patria. Por ello es que retorna, con autoridad y presencia, la básica noción de lealtad porque siempre resultará recomendable hacer ese indispensable ejercicio para convocar el recuerdo, ante la fragilidad de memoria de los coyunturales pícaros o de algún astuto desmemoriado y poder mencionarles que Rafael Lacava se ha constituido en una de las principales figuras del escenario político del país, siempre enarbolando, como lo ha hecho desde hace 25 años, su pleno y absoluto compromiso con el devenir del proceso revolucionario, plenamente adherido a las diferentes expresiones partidistas que han servido como blindado soporte en este extenso sendero y que hoy encarna la principal estructura política del país como lo representa el PSUV. También deben advertir los confesos olvidadizos o inocentes distraídos que en las elecciones regionales que se llevaron a cabo en aquel histórico 21 de noviembre del pasado año, Rafael Lacava no solo se convertía en el primer gobernador chavista reelecto en Carabobo, sino que se llegaba a alcanzar la contundente victoria en doce (12) alcaldías de esta entidad federal, Lacava se multiplicaba, se prodigaba de manera incansable por el territorio de la región, llevaba el cristalino e irrefutable mensaje de una extraordinaria gestión de gobierno y acompañando, con ese indiscutible aval, cada una de las aspiraciones municipales de su plantel de alcaldes que deben constituirse en lógicas extensiones personales y políticas de un excepcional gestión gubernamental, deben tener impregnado, hasta en sus ocultas y cerradas agendas, la invariable consigna que proclamara el presidente Nicolás Maduro, “Una sola Voz, Un solo Gobierno”. Extraviarse en subalternos y personales intereses, desacatar la suprema orientación, se convertiría en una flagrante traición e inadmisible deslealtad a todo ese pueblo que depositó su confianza, creencia e ilusión en una renovada propuesta de país y de patria que proclaman Nicolás Maduro y Rafael Lacava. Igualmente es ineludible menester hacer mención, para exclusivo uso de los astutos y picaros desmemoriados, que Lacava, en aquel histórico 21N, se erigía como el gobernador de la revolución en obtener el mayor porcentaje de votación, el mayor caudal de sufragios a nivel nacional, con su inapelable e irrenunciable alegato del “Nuevo Carabobo”. A veces no nos gusta lo que escribimos, pero si no escribimos, no relatamos lo que nos apasiona, sentimos que no somos leales a nuestro propio destino. Irrumpe nocturnamente un inmortal Calderón de la Barca para nuevamente recordarnos “Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence”.



La aguardada jubilación 

Todo el escenario es colmado por esa indescriptible sensación de satisfacción y regocijo. La Cámara Municipal de Naguanagua, con el sagrado Templo de Nuestra Señora de Begoña como irremplazable fondo, se preparaba para proceder a realizar una sesión especial cuyo único punto de agenda sería el otorgamiento de la esperada jubilación a una periodista, cuyo ejercicio profesional se debate entre portales informativos y casetas radiales. La jubilación era alcanzada no solo por los años ininterrumpidos al servicio de la alcaldía de Naguanagua que data desde el mismo momento de la elección directa del alcalde en aquel lejano año 1989, sino igualmente por haber llegado, gozando de buena salud, a la edad requerida para hacerse directa beneficiara de esta aguardada jubilación. Las autoridades municipales, con engalanada y formal vestimenta, presidían orgullosos el singular evento. La pequeña periodista supo sortear los tiempos, nunca le interesó quien hubiese sido el circunstancial alcalde de tan importante municipio, porque el ayuntamiento de turno procedía a cancelar mensualmente la abultada asignación, que ya había sido prevista en el anual presupuesto. En los últimos tiempos se ha hecho caso omiso a sus abiertas y estridentes posiciones en contra de los que regentan los destinos de Naguanagua. Los certeros ataques formulados desde su personal portal informativo o en sus matinales programas radiales buscaban ansiosamente desacreditar o descalificar lo que en Carabobo está ineludiblemente sucediendo, llegaba, sin recato alguno, a ejercer la jefatura de medios y comunicación de frustradas candidaturas que terminaron siendo vapuleadas tanto a nivel regional como municipal, es decir que buscaba, de manera desesperada, desbancar las posiciones obtenidas por parte del proceso revolucionario con el lucrativo objetivo de monopolizar comunicacionalmente cada una de estas instancias. Pretendía manejar y cobrarlo todo. Lo curioso, lo que asume el carácter de abierta contradicción es que después de sus incesantes cuestionamientos, sus viscerales ataques contra todo aquel que defendiera la moderna noción del “Nuevo Carabobo”, después de sus directas arremetidas contra las diferentes candidaturas de la revolución tanto a la gobernación y diferentes alcaldías, se haya continuado con la práctica de pagar los servicios profesionales de la sagaz comunicadora social. Desde Naguanagua alegan, con inusual vehemencia, que esa situación fue heredada del reciente pasado y que eran respetuosos de esa extensa trayectoria profesional que ya supera las tres décadas y que continuará, literalmente, chupando al erario del municipio. Se inicia la especial sesión, algunos presentes estaban realmente acongojados por el momento, otros hacían el dramatizado gesto de verter cualquier lágrima. La hábil y diestra periodista trataba de leer, con voz entrecortada, su breve discurso que logró captar la absoluta atención de las autoridades municipales. Al final del apasionado acto, se logró escuchar, entre sollozos, a la jubilada informadora dirigirse a la alcaldesa para susurrarle “Gracias por este reconocimiento y jubilación, pero te recuerdo que estamos pendientes con el puntual pago hasta el 2025”. Y esa es la verdad
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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde