Opinión
Farandulazo: "No hay ladrón que por bien no venga"
"No es frecuente ver una buena obra de teatro en nuestra ciudad"
30 de septiembre de 2022
Opinión.- No es frecuente ver una buena obra de teatro en nuestra ciudad, donde solo se presentan aburridos monólogos con parlamentos predecibles, sin ninguna trama ni planteamiento de profundidad de por medio; por eso, aplaudimos la reciente presentación de la pieza “No hay ladrón que por bien no venga”, original del premio Nobel italiano Darío Fo, en el Teatro del Lay Yin China Bistro, como parte de su programación conocida como “El trasnocho de Valencia”.

La puesta en escena fue realizada por la agrupación La Rueca Teatro, bajo la dirección de Adriana Manzanilla y la producción de la actriz Irene Gómez. La misma fue un performance de mucha creatividad artística que perfiló los lineamientos originales de la obra, realzando la complejidad de su arte dramático, para el deleite del público valenciano, no acostumbrado a observar piezas de autor.

Para quien esto escribe, aunque la obra se mantiene dentro del género de la farsa, la misma tiene mucho del teatro del absurdo, tan difícil de rubricar, ya que nos parece estar ante una trama similar a “Las Sillas” o “La Cantante Calva” de Ionesco (por la inmanencia de su contenido, más que por la similitud de sus diálogos). Indudablemente, no podíamos esperar menos de la creatividad de Darío Fo, actor y escritor italiano, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1997, fallecido en 2016, quien destacó como autor de obras dramáticas de corte satírico.
 
En fin, presentar a “un ladrón honesto” ya es una sátira y un absurdo por sí mismo. Y de eso trató el texto dramático, pues el único que no era infiel en su matrimonio es quien entraba a robar a la casa, pues todos los demás personajes – que se la daban de honorables - estaban “enredados” entre sí. Es decir, era un ladrón “honesto”, en ese sentido.

Otro momento en el cual se dejó sentir fuertemente el absurdo fue cuando el ladrón recibe la llamada telefónica de su esposa y aquel le dice que no lo llame “al trabajo”; lo que nos recordó un poco el primer filme de Woddy Allen, titulada “Robó, huyó y lo pescaron”, donde el bandido le exigía a su mujer que le planchara bien la ropa, porque iba a salir a trabajar (es decir, a robar). Así mismo, cuando el dueño de la casa le exige al ladrón que robe cosas de valor y le ofrece su vajilla de plata, porque le daba vergüenza que sus amigos dijeran que el delincuente no pudo hallar algo que valiera la pena de hurtar.

Reconozco como dos efectos importantes el timbre del teléfono y el campanazo del reloj que sonaban cada cierto tiempo, lo que imprimía tensión en el espectador y lo mantenía activo siguiendo la puesta en escena.

El reparto estuvo integrado por los actores Antonio Gallardo, Adriana Manzanilla (quien también dirigió), Jacqueline Miranda, Javier Alejos, Jinely Alvarado, Genny Istillarte, Luis Dorta, Ricardo Ospino y Angel Quilarque. Todos demostraron gran profesionalismo, lo que nos habla de un movimiento teatral emergente muy saludable.

Aunado a la presentación de la obra, se pudo disfrutar de la actuación de los magos Miguelángel Paris y Marco, quienes se acercaron a las mesas antes del espectáculo, para hacer demostraciones de su arte, representando a su empresa, de nombre “Talentos Ripiz”.

Como se sabe, “Noche de Teatro by Nelson Lavoe” nació de una iniciativa del locutor Nelson Lavoe y la productora Irene Gómez, con el respaldo del empresario Federico Chang, en un emprendimiento que une a la gastronomía con el teatro, por primera vez en Valencia.
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Por Vicente Gramcko

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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde