El peor incidente diplomático con los EE.UU.
El expresidente Wolfgang Larrazabal adoptó una posición de indiferencia y aseguró que aquello fue una "muchachada"
Opinión.- Estados Unidos y Venezuela han tenido episodios bien calientes en lo que tiene que ver con la diplomacia y los problemas políticos, incluso uno de esos peligrosísimo, donde se movilizó una flota de marines al Caribe para evacuar un funcionario que sufrió un ataque en el país.
Todo esto pasó en 1958, habían pasado poco más de cuatro meses del nuevo gobierno que reemplazó a Pérez Jiménez, y Richard Nixon, Vicepresidente de los EE.UU. visitó Venezuela para conocer al nuevo gobierno, y pese a que la CIA no recomendó la visita porque los comunistas estaban sueltos en las calles y a sus anchas como nunca antes, Nixon insistió en ir a Caracas.
El 13 de mayo de ese año el hombre llegó a Maiquetía y lo estaba esperando una enorme turba de gente identificada con el Partido Comunista para caerle a piedra y toda clase de objetos contundentes. Lo curioso de este asunto y la queja del gobierno norteamericano, fue que la escolta de militares venezolanos se esfumaron al ver el bochinche que estaba armado.
Nixon quedó a merced de la gente, solo quedó protegido por unos pocos agentes del Servicio Secreto de los EE.UU. que estuvieron a segundos de abrir fuego contra la multitud, por su puesto como siempre, los comunistas que organizaron el atentado pusieron muchas personas como escudo humano contando con el temor a la opinión pública en caso de que abrieran fuego a la manifestación.
El incidente fue tan grave que el almirante norteamericano Arleigh Burke movilizó una flota y unidades de Marines al Caribe.
Lo más vergonzoso de este asunto, es que el presidente de la Junta de Gobierno, Wolfgang Larrazabal, en una falta de seriedad enorme, justificó el ataque como una "muchachada", diciendo que los venezolanos estaban aprendiendo a “usar sus nuevas libertades”, incluso llegó a decir que si él fuera "estudiante" hasta se hubiese unido a la protesta.
Este fue para el momento el peor ataque a un alto funcionario de EE.UU. en el extranjero y significó uno de los episodios más peligrosos para Venezuela en lo que respecta a problemas reales con el gobierno y las Fuerzas Armadas norteamericanas.