César Burguera: Esperanza, ilusión y realidad
Todo lo que en la actualidad retumba y vibra en Carabobo es un enorme movimiento para exhibirlo y colocarlo a disposición de todo un territorio nacional
Opinión.- La excepcional entrevista. La pasada semana nos encontramos con el insigne privilegio de poder observar una soberbia entrevista concedida por el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava. El singular encuentro comunicacional se producía en un insustituible escenario. Era el centro histórico de la más importante ciudad portuaria del país y así, de manera seductora, Puerto Cabello se convertía en principal aval y silente testigo de las palabras de uno de sus más consagrados hijos. Rafael Lacava lucía custodiado por una moderna escultura del padre de esta patria, del eterno Bolívar que parecía acompasar cada frase, cada aseveración que enfáticamente expresaba nuestro mandatario regional y que nos llevaba a repasar, a reconocer su trascendental paso en cada una de las responsabilidades gubernamentales que le ha correspondido ejercer. Lacava, con justificado orgullo, con esa mirada que trasmite plena satisfacción, señalaba que Carabobo ha experimentado una inédita transformación que ha sido gestada o generada a través de una plena vocación de servicio, decantando en un gigantesco cambio que en la actualidad se replica en cada espacio del territorio nacional, es el pleno reconocimiento de todo un país. “Carabobo está exhibiendo el rostro más fascinante, más agraciado de esta venerada tierra, es una tierra mágica colmada de historia, cargada de episodios épicos que terminaron por configurar nuestra libertad e independencia y gestaron el ineludible ejercicio de enaltecer, para siempre, nuestro gentilicio”. Con una impecable pausa, el mandatario, que lleva a su costera ciudad hasta en los tuétanos, llegaba a narrarnos que todo lo que en la actualidad retumba y vibra en Carabobo es un enorme movimiento para exhibirlo y colocarlo a disposición de todo un territorio nacional, así como también para aquellos que se convierten en esperanzados visitantes de esta maravillosa entidad federal. Reconoce el esfuerzo integral de un óptimo equipo de gobierno, que han sabido acompañar la intensa e indetenible marcha que ha trazado o diseñado detalladamente. Es tener la seguridad, en cada una de sus palabras, que logró diseñar el nuevo rostro, el nuevo semblante de este Carabobo, pero sobre todo darle cuerpo y figura a la voz de todo un pueblo que hoy se siente protagonista de su destino y que ostentan la indiscutible condición de ser buena, trabajadora y que comulga fervientemente con la paz. Lacava fija, con propiedad, su mirada en el porvenir, en el futuro y proclama “Los que ingresan a esta tierra mágica pueden sentir, palpar, de manera inmediata, todo lo que en Carabobo se ha hecho, con ese diario sacrificio, pero con una irrenunciable convicción y compromiso. Carabobo es y será la indiscutible referencia dentro del desmedido escenario espiritual, en la encendida alma de nuestra patria, de nuestra reivindicada Venezuela”.
El deslumbrante trayecto. El sonido del inmenso Mar Caribe, pareciese acompasar la excepcional entrevista y logra conjugarse con la histórica estructura del centro de Puerto Cabello y en ese preciso momento, Rafael Lacava convoca a su memoria para describir lo que ha sido su propio sendero, su irrenunciable esencia. Nos habla que antes de ostentar elevadas responsabilidades en Puerto Cabello, ya portaba en sus alforjas innumerables sueños, incontables proyectos que lo han acompañado, en una suerte de solidarios amigos, desde su propia niñez y que hoy se erigen como una tangible realidad. “Logramos enrumbar a la ciudad al destino que ansiosamente la esperaba, a ese destino que todos siempre aspirábamos, es contemplar a la ciudad resonando en cada espacio del país, ese mismo que reconoce el gran trabajo que se ha realizado en Puerto Cabello y Carabobo, por ello es que siempre estarán de moda. No puedo dejar de sentirme plenamente satisfecho al observar cómo se multiplican, de manera dinámica, eventos de carácter deportivo, cultural o musical”. Un paréntesis se apropia momentáneamente del sincero diálogo o conversación y es que Rafael Lacava guardaba un valido espacio para rendir tributo al solemne Campo de Carabobo, llegando a afirmar que todo aquel que sienta a su país, a ese territorio que logra palpitar aceleradamente en su pecho tiene que conocer la génesis y naturaleza del venezolano. Y advierte que cuando se ingresa a ese recinto o templo sagrado, cuando se traspasa sus linderos o límites, se produce una inexplicable experiencia que te transporta, el alma se observa desbordada de un apasionado patriotismo y se logra entender, en su exacta dimensión, cómo se conformó el complejo sendero para llegar donde justamente estamos y valorar el sacrificio que se hizo para obtener nuestra independencia, nuestra libertad y nuestra autodeterminación. Ante todo ello Lacava logra levantar el irrefutable alegato de la defensa a ultranza de ese esfuerzo, porque aquella inmolación tuvo un costo que adquirió el relieve de ser inmenso, miles de mártires que ofrendaron heroicamente sus vidas para traernos hasta aquí y así irrumpe la obligación de honrar la proeza emancipadora. La providencia ha ungido a Rafael Lacava para que hubiese sido el gobernador de la céntrica entidad federal en el justo momento del bicentenario de dos míticos eventos, la Batalla de Carabobo y la Toma de Puerto Cabello, prólogo y epílogo de la gesta independentista. Es sencillamente un privilegiado. Finalmente, con una inocultable emoción que logra socavar su cuerpo y ojos, nos confirma que ha cumplido con los designios de su vida, que ha tenido absoluto sentido haberle cumplido a su ciudad, a su estado y sobre todo a su país. Manifiesta que estará siempre a disposición del llamado de su conciencia, que en definitiva es el reclamo o exigencia de la patria misma. Culminaba la excepcional entrevista y se abría nuevamente la esperanza, la ilusión y la realidad que nos describió, a través de sus claras palabras, un verdadero y revolucionario profeta. Y esa es la verdad.