Opinión
Arnaldo Rojas: Los libros que le gustaban a Cervantes
"Solo se salvan Amadís de Gaula, Palmerín de Inglaterra y Tirant lo Blanc"
27 de abril de 2024
Opinión.- ¿Qué libros le gustaban a Miguel de Cervantes? ¿Y cuáles no? Estas preguntas se las puede uno hacer considerando que el Día Internacional del Libro (23 de abril) se establece en nuestro idioma en honor a este autor.

Los gustos literarios de Cervantes se dejan colar por toda su obra. Pero, especialmente, en el sexto capítulo de la primera parte del Quijote, que contiene la célebre escena del asalto a la biblioteca de Alonso Quijano. Cuando este regresa maltrecho de su primera aventura, la sirvienta y la sobrina, que no pueden más con sus locuras, piden al cura y al barbero del pueblo que entren en su casa y quemen esos dichosos libros que le han secado el cerebro.

A continuación se presenta un divertido escrutinio en el que el sacerdote va decidiendo qué títulos son dignos de ser salvados y cuáles irán a la hoguera. El cura (“hombre docto”), que estudió en el seminario Sigüenza, hace las veces de inquisidor. Durante su inspección, Cervantes se vale del cura para emitir un juicio finísimo de la literatura de su época.

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Lo primero que sale a relucir es que Cervantes odiaba las traducciones, ya que el cura dice que si encuentra un original del poeta Ludovico Ariosto le rendirá honores, mientras que cualquier edición traducida al castellano irá directo a la hoguera, y lo segundo, es que no se dejaba impresionar por los libros que más se vendían (lo que hoy llamamos best sellers), que entonces eran los libros de caballerías. El cura comenta que los encuentra “pesados, mentirosos y arrogantes”, y se los entrega a la sirvienta que va lanzando por la ventana los títulos más populares de aquellos años.

Solo se salvan Amadís de Gaula, Palmerín de Inglaterra y Tirant lo Blanc. A juicio de Cervantes, el primero, por ser el que dio forma al género y el segundo, un respetable continuador. Los demás libros de caballerías son burdas imitaciones, repeticiones de la fórmula original. Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell (1490), es la obra cumbre de la literatura en catalán y, en muchas cosas, un precedente del Quijote. El cura lo llama “el mejor libro del mundo”.

Lo que quería decir Cervantes, y en esto coinciden todos los especialistas, es que la genialidad de Tirant lo Blanc está en que sus personajes son de carne y hueso y viven en el mundo real, aunque sus historias sean increíbles. Y lo mismo pasa con el Quijote, que, sin dejar de ser realista, está lleno de imaginación, desdibujando la frontera entre la realidad y la ficción y presentando una versión novelesca de la vida. En conclusión, libros que puedan ser vividos, esos son los que nos recomendaría el autor del Quijote.
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VÍA NT
FUENTE Arnaldo Rojas