Opinión.- Improvisación y anarquía. Corría febrilmente la campaña electoral del año 1978, se disputaban la presidencia dos candidatos, ambos representantes de aquel monolítico bipartidismo, que durante extensas décadas, ejercieron, hasta de manera cómplice, la dirección, autoridad y dominio de nuestro país. Irrumpían Luis Herrera Campins representante del socialcristiano partido Copei y Luis Piñerua Ordaz que llevaba a cuestas los signos, el emblema, la tarjeta y hasta el himno de Acción Democrática (AD). Los candidatos se multiplicaban para poder recorrer la extendida geografía del territorio nacional y los respectivos comandos de campaña se prodigaban para confeccionar las estrategias en la ceñida contienda electoral. Una de las armónicas tácticas de Acción Democrática es haber utilizado al excelso compositor y músico “Chelique” Sarabia, el mismo que nos obsequió la eterna melodía de “Ansiedad”, condición, que al parecer, se ha adueñado del disperso sector opositor. “Chelique” llegaba a componer una pegajosa copla, que era repetida por la militancia adeca y que rezaba ¿Con quién estás tú, compañero? ¡Con Luis Piñerua vale! Pero es bueno reseñar que nada ayudó el rítmico esfuerzo de Sarabia, ya que el candidato Herrera Campins del clorofílico partido Copei se alzaba con la victoria y con la primera magistratura de la nación. Todo este breve relato es para exponer el desorden, confusión y anarquía que se ha apoderado en la actualidad de los dispares sectores de una improvisada oposición con objetivo a las elecciones presidenciales a realizarse el venidero 28 de julio, que se constituirán en una verdadera jornada cívica y una festiva fecha donde nuevamente se pronunciará, de manera categórica, la irrefutable voz del común, la insustituible manifestación de todo un pueblo que seguirá apostando a la continuidad del paso. La oposición se exhibe desorientada, ni proporcionan alguna señal de básica cohesión, es decir se presenta la misma oposición que durante las últimas dos décadas ha sumido a sus otrora entusiastas seguidores a un irreversible estado de desmoralización, abatimiento y desesperanza. Hoy se presentan una decena de candidatos que se enfrentan diariamente, a través de las redes sociales, en pugnas fratricidas colmadas de todo un verdadero festín de acusaciones y señalamientos, es como si el poeta Cadenas les reclamara “Éste es otro mundo, no hay dirección. El viento, cuando azota, golpea en el caos”. Uno de esos episodios de profundo desbarajuste lo constituyó el proceso selección del abanderado de una disminuida facción opositora que se hace llamar Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que se encuentra conformada por partidos en ineludible proceso de franca extinción. Faltando tan solo minutos para el cierre del proceso de postulación, establecido dentro del cronograma de nuestro CNE, no lograban ponerse de acuerdo sobre el nombre del abanderado. Sin embargo lo que ignoraba la cúpula de la alicaída PUD, es que el gobernador del Zulia, Manuel Rosales presentaba unilateralmente y de manera solapada, al filo de la medianoche, su nombre y señalaba enfáticamente “No podemos caer en el chantaje de partidos inexistentes que conforman la PUD, yo tengo que salvar la ruta electoral”. Rosales llegaba a pensar, de manera ingenua, que dicha gesta iba a ser reconocida por la mermada dirigencia, pero lo que desconocía el gobernante zuliano es que el “heroico” acto se convertiría en la oportuna coartada para que sus compañeros en la PUD pudiesen iniciar una verdadera lapidación, una desconsiderada campaña de descalificación en su contra, cuestionando no solo su trayectoria política, sino que se abalanzaban para cuestionar su patrimonio moral. “Rosales es un verdadero bandido, sabemos desde hace tiempo su estrecha vinculación con el gobierno, es un cobarde colaboracionista” recalcaba Andrés Velásquez, alguna vez candidato presidencial y máximo líder de la decena de militantes de la extinta Causa R. Y así abandonamos este relato dejando a los diferentes sectores de oposición sumidos en un verdadero desvarío y extraviados en su interminable laberinto. Transitamos el directo camino a la victoria popular del próximo 28J. No hay espacio para la distracción, acudimos al encuentro del porvenir de esta patria y allí, precisamente allí encontramos con el guía y conductor en este fascinante sendero, es Nicolás Maduro acompañado siempre por todo un comprometido pueblo.