Hoy tenemos a uno de los mejores candidatos, con credenciales blindadas, que ha transitado todos los puestos de la política y administración pública. Ha ganado todas las elecciones donde ha participado, a excepción de cuando participó como candidato a la gobernación de Aragua, en las elecciones del 2021, donde la negativa de un sector opositor radical (MUD) decidió no apoyar a quienes para ese momento tenían mucho chance de ganar; es así como perdimos importantes estados del país, cabe recordar: Aragua, Táchira, Lara y Anzoátegui.

Nuestro candidato, el ingeniero y rector de la Universidad Tecnológica del Centro (Unitec) Luis Eduardo Martínez, también diputado principal de la Asamblea Nacional y vicepresidente de la Comisión de Diálogo y Paz, es el único candidato que nos garantiza no sólo ganar, sino además cobrar y gobernar en paz.

AD en este momento histórico confronta a este gobierno que destruyó todo lo que se construyó en democracia; tiene además la misión épica en su discurso y mensaje, contrarrestar el discurso oficialista, demostrando con hechos y referencia histórica, que nosotros los adecos nos duele las condiciones socio económicas que hoy padecemos en el país.

Nosotros le hemos planteado al presidente Nicolás Maduro un debate nacional televisado, para que nuestro candidato demuestre sus dotes y condiciones de estadista. También muestre al país, cuál es el plan de gobierno de los adecos para restaurar la democracia venezolana y, además, lograr la recuperación económica del país, en un ambiente de paz y tolerancia, que nos garantice sosiego. Estamos hartos de la venganza, la confrontación y la intolerancia política.

AD construyó grandes obras públicas, que logró la verticalidad social, en un país donde las mujeres y analfabetas no podían elegir al Presidente de la República, había pocos hospitales, ambulatorios y escuelas; no había luz, ni agua, ni suficientes universidades. En los 25 años de gobierno de Acción Democrática, los cuales practicaron la alternabilidad democrática, se construyó un país moderno, industrializado y petrolero.

Nosotros no somos de ultraderecha, ni ultraizquierda. Somos revolucionarios, de centro izquierda, policlasista, nacionalista, antiimperialista, antifeudal. Esas son nuestras raíces, cómo negarlo u ocultarlo.

AD en su afán de sacar al país de la pobreza desde que llegó al poder, se empeñó en transformar la educación, porque sabía que era la principal fuerza revolucionaria que desarrollaría el país. Nuestro éxodo de jóvenes fue para estudiar en las mejores universidades del mundo, mediante la beca Mariscal Ayacucho. A través de ese ingenioso programa de educación y formación de avanzada para aquella época, hijos de campesinos y trabajadores se formaron en distintas especialidades de trabajo en el mundo, para luego regresar al país e insertarse en el pujante país que se forjaba en esos 40 años de gobiernos civiles.

Muchos de esos profesionales y sus hijos se fueron del país cuando llegó esta tragedia, que hoy desgobierna a Venezuela.

AD y su candidato ofrecen al país esa experiencia de gobierno para la reconstrucción de nuestra amada tierra. Nos comprometemos a ganar y cobrar. Nuestro discurso está alejado del radicalismo extremo, porque sabemos que esto ahuyenta y pertrecha al adversario “rojo rojito”, que llega a temer hasta por su vida, en caso de un gobierno de ultraderecha.

Queremos un cambio de gobierno en paz, con altos niveles de gobernanza, capaz de generar las condiciones necesarias para crecer y lograr lo que en el fondo es el anhelo de los venezolanos. Convertir a Venezuela en un país próspero, que nos regrese a los nuestros que se han ido.

Apostamos por una Venezuela Libre y de Todos los Venezolanos, que le de calidad de vida, y cabida a todos aquellos extranjeros que quieran volver o venir a nuestro país.

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