Rubén Limas: Día Mundial del Medio Ambiente
Hablar de estos temas parece árido para algunos gobiernos en el mundo, en especial para los países desarrollados, generadores de la mayor cantidad de contaminación ambiental y para nosotros, como país petrolero
Opinión.- Los días 5 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente.
Fue decretado así por la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.) en el año 1972 y se celebra desde el año siguiente con el objeto de crear conciencia colectiva e individual en favor de impulsar acciones que conlleven a la preservación y cuidado de nuestro medio ambiente.
Ya entonces para tal fecha existía la preocupación por la salud del medio ambiente. Y a pesar de todos los esfuerzos que distintas individualidades e instituciones han hecho por preservarlo, hoy padecemos la peor crisis climática de todos los tiempos, generada por el sobrecalentamiento global del pla- neta.
Hablar de estos temas parece árido para algunos gobiernos en el mundo, en especial para los países desarrollados, generadores de la mayor cantidad de contaminación ambiental y para nosotros, como país petrolero. Pero se hace urgente y necesario preservar nuestros sis- tema ecológico, hoy amenazado en llegar a un punto de no retorno.
Los ecosistemas de todo el mundo están en peligro. Desde bosques y tierras áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno. Es dramático cómo se derrite el polo norte y esto aumenta el nivel del mar, que pone ya en riesgo muchas ciudades en el mundo, a punto de desaparecer. “Hasta el 40 % de las zonas terrestres del planeta están degradadas, y ello afecta directamente a la mitad de la población mundial”, nos dice la Convención de las Naciones Unidas. Todo será más rudo; períodos larguísimos de sequía o su contraparte, las lluvias y las inundaciones. Cerca de tres cuartas partes de la población mundial pudiera verse afectada por estos repentinos e inusuales cambios del clima para el año 2050, son las proyecciones científicas de los expertos.
Hay que trabajar muy duro y restaurar los daños infligidos por el hombre al planeta. “Es imposible que podamos retroceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos”, dicen nuestros científicos. Todo lo que hagamos en ese sentido ayudará a nuestro planeta.
Hay que revitalizar nuestro ecosistema. Salvar nuestro planeta y salvarnos nosotros mismos.
Del 2 al 13 de diciembre de este año, en el marco de la celebración del 30° aniversario de la Convención de las Naciones Unidas de la lucha contra la Desertificación, se llevará a cabo un encuentro por nuestra salud climática. Se realizará en la Capital Saudí ( Arabia Saudita), como una manera de continuar los esfuerzos de la lucha contra el cambio climático.
Nosotros, por nuestra parte, hemos intentado presentar a través de la Sub Comisión de Innovación de la Asamblea Nacional importantes proyectos que apuntan a la salud ecológica del país, entre ellos Ciudades Inteligentes e Hidrógeno Verde. Los dos proyectos, aprobados unánimemente en esa instancia, aún no han logrado alcanzar ser parte de la agenda de la Junta Directiva de la AN, entre otras cosas porque no somos mayoría. Sin embargo, hemos hecho esfuerzos por concientizar la necesidad de que el país entre en la onda ecológica de salvación del planeta. No es un cuento chino, ni una historieta del imperio.
Mantener el calentamiento global por debajo de 1,5C es vital para la sobrevivencia humana y animal. No hay más tiempo que perder. Estamos ante una emergencia climática de consecuencias incalculables. Los países industrializados y petroleros llevamos un peso de responsabilidad sobre nuestros hombros.
Es mandatorio reducir al 50 % las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030 que están socavando la atmósfera. Si los gobiernos del mundo no actúan de manera expedita y urgente, la exposición a aire contaminado aumentará en un 50 % en esta década, y por otro lado los desechos plásticos, que fluyen hacia nuestros mares y ríos, podrían triplicarse para 2040, y ello tendrá consecuencias irreversibles para todos nosotros. Estaremos atentos a este encuentro mundial por la salud climática y seguiremos insistiendo en nuestros proyectos de leyes ecológicas en el parlamento. No nos quedaremos de brazos cruzados, porque nuestro planeta, que será mañana de nuestros hijos y nietos está en peligro. Actuemos ya.
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