Opinión
SINSECRETOSCB: ¡Con mis bandidas no te metas!
La internacional y reconocida cadena hotelera Hesperia pudo constatar a través de una exhaustiva auditoría, llevada a cabo por decenas de calificados profesionales, todo un verdadero festín de tretas y timos
27 de junio de 2024




Opinión.- Desfalco y estafa. En entregas anteriores habíamos relatado los eventos que se han sucedido después de haberse descubierto el desproporcionado desfalco y la continuada estafa que planificaron y ejecutaron un codicioso clan o cartel de verdaderos forajidos en perjuicio del Consorcio Hotelero Hesperia, quienes al tener conocimiento del punible hallazgo procedieron a ejercer todas las acciones judiciales correspondientes. La internacional y reconocida cadena hotelera Hesperia pudo constatar a través de una exhaustiva auditoría, llevada a cabo por decenas de calificados profesionales, todo un verdadero festín de tretas y timos y que habrían causado un daño patrimonial por más de 8 millones de extranjera divisa. La contundente auditoría revelaba que en las peripecias del audaz mesonero José Rodríguez devenido en opulento empresario, contó con el permanente soporte de dos inseparables cómplices, ambas con amplio prontuario delictivo y ostentando elevados cargos de dirección dentro de la estructura administrativa del hotel. El secuaz dúo lo conforman Gladys Valentiner, con cuestionado paso como concejal de Valencia y que fungía como Directora Principal del Hotel Hesperia y socia de una de las fraudulentas empresas del hoy prófugo tabernero, así también surge la licenciada María del Rosario Coromoto Rojas, conocida con el alias de “Charito Rojas”, con una causa abierta en el Ministerio Público por forjamiento de documentos en su paso por la radioemisora Onda y que servía como obediente relacionista pública del huido timador en todas sus censurables acciones en detrimento de la foránea cadena hotelera. La peligrosa “BANDA DEL MESONERO” la encabezaba José Rodríguez Álvarez y la integraban Marcos Rodríguez Sánchez, Carlos Antonio Acosta Varón, José Rodríguez Sánchez, Martín Sousa Perregil, Gladys Omaira Valentiner y María del Rosario Coromoto Rojas y que fueran objeto de una orden de aprehensión dictada por el TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIÓN DE CONTROL DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO CARABOBO ante la solicitud realizada por el MINISTERIO PÚBLICO, CAUSA FISCAL signada con el MP-24146-2024, que extensamente recoge incontables diligencias, entre ellas decenas de actas de inspección técnica criminalística, pero sobre todo más de 32 entrevistas penales, donde se encuentran empleados de confianza quienes llegaban a delatar todas las conductas delictivas de la organización facinerosa la “BANDA DEL MESONERO”. Los delitos imputados a los reconocidos cuatreros son ESTAFA AGRAVADA CONTINUADA previsto y sancionado en el artículo 463, en sus numerales 1 y 3, concatenado con el artículo 99 del código penal venezolano vigente con las agravantes contempladas en el artículo 77 numerales 01, 05, 06, 07 y 09 ejusdem e igualmente El Delito de ASOCIACION PARA DELINQUIR previsto y sancionado en el Artículo 37 de la Ley Orgánica Contra La Delincuencia Organizada y El Financiamiento al Terrorismo. Sin embargo, en una misteriosa coyuntura, tal vez producto de algún oportuno pitazo, los forajidos, los bandoleros, los malandrines de la “BANDA DEL MESONERO” han logrado evadir la acción de la justicia y han partido hacia el exterior. Ante la sospechosa escapada, los propietarios de la cadena hotelera Hesperia, vuelven con todo su activo pertrecho legal para solicitar que se active, a través de los últimos movimientos migratorios, la alerta roja de INTERPOL para dar con el paradero de los descubiertos saqueadores y así poder lograr que rindan cuentas por sus incesantes comportamientos delictuosos y salvaguardar a toda una indefensa e ingenua población que llegaron a creer que la “BANDA DEL MESONERO” habían adquirido el derecho de permanecer en elevados altares, ostentando su terrenal condición de beatos, a los cuales se les debiera rendir limitada veneración.


El escape de las choras. El viernes pasado se giraron las órdenes de aprehensión contra Gladys Valentiner y María del Rosario Coromoto Rojas alias “Charito Rojas” por estar incursas en los graves delitos de ESTAFA AGRAVADA CONTINUADA y ASOCIACION PARA DELINQUIR y emitidas por el tribunal competente a solicitud del Ministerio Público, que había recibido numerosas denuncias por parte del Consorcio Hotelero Hesperia. Al enterarse de su ingreso a cualquier recinto carcelario, las dos choras, es decir Gladys Valentiner y María del Rosario Coromoto Rojas, empezaron a elaborar un sofisticado plan para la rauda huida, contando para ello con la asistencia del abogado Perkins Rocha quien garantizó su traslado por vía terrestre hacia territorio colombiano, más precisamente al norte del Departamento de Santander, donde las esperaba una aeronave propiedad del cuñado de Gladys Valentiner, el empresario Tobías Carrero y que las llevaría hacia un destino foráneo para reunirse con los integrantes de la audaz “BANDA DEL MESONERO”, todos en su condición de prófugos de la justicia y que llegaron no solo a saquear a la cadena hotelera Hesperia, sino, de similar forma, a las honorables familias del ex alcalde de Valencia, Francisco “Paco” Cabrera y el empresario Juan Tomé, que se han adherido a las diferentes denuncias presentadas por la red hotelera contra los descubiertos cuatreros. Por ello resultan insólitas las contadas exhibiciones de solidaridad automática contra el séquito cleptómano, sobre todo de la Sociedad de Amigos de Valencia. En su confuso pronunciamiento nos señala que alias “Charito Rojas” es vocal y por ello asumen su segura inocencia, llegando a cuestionar el paso tanto de nuestro Poder Judicial como de las actuaciones del Ministerio Público. Tal vez la indecente conducta por parte de la Sociedad de Amigos de Valencia obedezca a que recibía una considerable mesada por parte de la “BANDA DEL MESONERO”, quienes le exigieron colocar a la prófuga María del Rosario Coromoto Rojas como vocal principal de la otrora digna institución citadina. Igualmente nos relatan de la sacrílega intención de algún extraviado clérigo de nuestra Iglesia Católica que trata de buscar algún signo de solidaridad con las malhechoras, llegando a desafiar, de manera abierta, el Decálogo contenido en Las Tablas de la Ley Mosaica, en los Diez Mandamientos que nos ordena a “No robarás”, ya que en el cristianismo el robo está duramente condenado, ya que se parte de la idea de que el fiel que comete robo no está tratando de forma justa a sus hermanos. El redentor se erige imponente en el sagrado templo, el olor de incienso y el esplendor de las santidades refuerzan nuestra fe, con esa convicción que el espiritual recinto jamás será profanado por los caprichos de un exaltado sacerdote. Y esa es la verdad.




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VÍA NT
FUENTE César Burguera