Martin Seligman y Tal Ben-Shahar , uno fundador de la psicología positiva y otro profesor de educación positiva de la Universidad de Harvard, señalan "que la gente optimista y feliz vive varios años más que la gente pesimista"
Opinión.- ¿Que es la felicidad? ¿ Somos un país realmente feliz? ¿ Sí, según cifras oficiales, hemos tenido un mejor desempeño económico, por qué nos alienta más el descontento?
Buenas preguntas para abordar este tema interesante de la felicidad o la infelicidad. Que además esta última está acompañada por lo que los expertos llaman "sentimientos negativos: depresión, ansiedad, enojo o descontento".
Martin Seligman y Tal Ben-Shahar , uno fundador de la psicología positiva y otro profesor de educación positiva de la Universidad de Harvard, señalan "que la gente optimista y feliz vive varios años más que la gente pesimista".
Cada vez en el mundo, crecen instituciones o programas que tienen que ver con la felicidad. Gobiernos de muchos países se han tomado este papel en serio, que a la par de lograr PIB estables y altos, miden lo que llamaríamos el PIB de la felicidad de sus habitantes.
La felicidad es ya una ciencia, como lo es la ciencia de la salud, educación, las matemáticas. Y tal como lo señala el libro de Andrés Oppenheimer “el éxito no conduce a la felicidad , sino la felicidad conduce al éxito", algo parecido a lo que aprendí de un buen amigo, el profesor ingeniero Víctor Reyes Lanza: "Una mente positiva no siempre te va a garantizar el éxito, pero una mente negativa, seguro te lleva a una derrota".
Hoy en prestigiosas universidades con Yale, Harvard, Columbia, se dictan importantes cursos de cómo lograr la felicidad, que demuestran que ella es la clave del éxito. Son cursos con alta demanda de estudiantes y muy populares.
Ben Shahar, profesor de psicología positiva señala acertadamente: "Cuando aumentan los niveles de felicidad, aumenta el rendimiento en las escuelas, reduces la agresión y el bulling, y mejoras la salud física..... la gente se vuelve más creativa, más innovadora y más comprometida con su trabajo".
Ya en el 2022 , en el marco de la celebración del Día Mundial de la Felicidad por la ONU en la Cumbre de la Felicidad en Miami, se hablaba no solo de incrementar los cursos de la felicidad, sino también de crear maestrías y hasta doctorados. Que ella no es producto de azar, que se puede enseñar y construir. Los expertos en psicología positiva señalan que la felicidad se puede enseñar desde las propias escuelas, enseñando la tolerancia al fracaso, la gratitud, la caridad, entre otras habilidades que nos pueden hacer felices.
A través de historias de personajes que han pasado de las derrotas al éxito, aplicando lo arriba señalado, podemos hacer a nuestros niños más felices, y garantizar adolescentes y adultos emprendedores, creativos e innovadores; por lo tanto, garantizaríamos una sociedad más justa y equilibrada.
El optimismo nos hace ver las cosas de manera distinta en la vida. A pesar de que pudiéramos estar atravesando momentos difíciles, ser optimista nos permite encontrar oportunidades en la adversidad. Nos hace más creativos y nos da muchísimo más energías para seguir adelante ¡Y son optimista los que son felices! Estamos cargados de dopamina y serotonina, hormonas que nos hacen sentir bien.
Por lo importante que se ha convertido la felicidad y lo que ella es capaz de promover en nosotros como ciudadanos y república, cada vez más países buscan índices para medirla, tal y como se mide el PIB. La satisfacción personal, la educación, la salud, entre otros parámetros para elaborar el "Informe sobre el desarrollo humano". Y fue Bután el primer país en crear "El Producto Bruto de la Felicidad" según nos los señala el libro del periodista Andrés Oppenheimer. Como república deberíamos apostar a la felicidad, y así estaríamos combatiendo acertadamente la depresión, la ansiedad, la soledad y la tristeza. A su vez ahorraríamos gastos en el área de la salud, al evitarnos hospitalizaciones y gastos médicos en enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión, generadas la mayoría de las veces por el estrés y los sentimientos negativos.
A ser felices pues, a pesar de las adversidades, que ello nos ayudará en lo personal y como sociedad; no por decreto, sino por enseñanza y aprendizaje.
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Por: Rubén Limas Telles
